Dulces sueños
No puedo evitar el recuerdo de veranos ancestrales en los que todo el espejismo de las vacaciones se iba degradando, poco a poco, hasta desaparecer por completo. Con las primeras chaquetitas puestas, rebecas caladitas, teníamos las últimas conversaciones detrás de los frontones, nos dábamos las direcciones de correo (postal) y nos abrazábamos hasta el verano siguiente, hasta que poco a poco dejé de verlos a todos.
1 comentario:
Chulísimas tus entradas de Vettriano.
Me encanta!!!!!!
Un beso y buenas noches :-)
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