sábado, noviembre 18, 2006

Mis relatos semanales

EL RINCÓN DE SHEREZADE - Los Cuentos de las Mil y Una palabras VI: "TIEMPO DE MORIR"

TINTERO VIRTUAL CCCXLVI - "Manías que tengan consecuencias" [3er.]



Pablo Picasso - Autorretrato - París, Musée Picasso
"Es tiempo de morir"

Llevo sentada varios días en este mismo sofá en el que tanto he disfrutado del sueño y del amor. Los primeros días miraba a través de los balcones que tengo delante, después comencé a hablar con el rostro azul del joven Picasso que me mira sin parpadear desde la pared de enfrente, constante y tierno. Hoy, ahora, mis ojos ya no miran nada, la vista ha ido nublándose hasta perder el concepto de las cosas que me rodean y ya sólo veo ante mi besos añorados, mil batallas libradas y otras tantas perdidas. Todas mis vidas desfilan por los entramados de mi mente. Las fuerzas vitales completamente debilitadas me impiden el movimiento más mínimo, por eso no puedo abrir mis grandes ojos curiosos. Los últimos años han sido demasiado intensos para mí y para cualquier persona, y más aun para una mujer que no desea seguir sola el camino de sus días.

No podía y no puedo más.

Me acobardaba tanto la idea de hacerme daño después de haber soportado tanto desgarro en mis días que era incapaz de asesinarme. ¿Cómo desprenderme de la vida sin dolor? No podía conseguir una receta de píldoras envenenadas. No podía volarme el cráneo, hubiera sido muy doloroso para mis padres enterrar el cadáver de su hija sin un rostro que recordar y más difícil hubiera sido conseguir un arma. No podía lanzarme a la M-30 para que el primer cacharro que pasara por allí embistiera contra mi cuerpo, no debían entregarme mutilada y a pedazos en un saco con asas.

Cortarme las venas...

Intenté cortarme las venas. Me senté en este mismo sofá, cogí un cuchillo enorme y muy afilado, dos pozalitos para que recogieran la sangre que manara de mis muñecas y así evitar a cualquier persona tener que empapar trapos con ella. No deseaba causar otro trauma más que el que pueda conllevar el oficio de enterrador. Conseguí hacerme un rasguño, y eso que lo hice con fuerza y fiereza, apenas conseguí recolectar media docena de gotas, nada grave, suficiente para desechar la idea.

No era capaz de lanzarme por un acantilado, me venía a la mente el párrafo leído en algún relato del Tintero en el que se describía el horror de la vida cayendo por un precipicio intentando desesperadamente aferrarse al aire, a cualquiera de sus partículas.

Así que decidí dejar de comer.

Hace ya muchos días que dejé de comer, semanas. Sé que se sufre con la deshidratación. Compré una botella de suero glucosado en la farmacia y fui administrando cuatro sorbos diarios. Hace tres días di el último sorbo a la botella.

Llueve, oigo las caricias de la lluvia en los balcones, en los cristales. Se oye un relámpago. He sentido una caricia en el rostro, otra en el cuello, otra en las muñecas, ahora acarician mi pecho, alguien dice que sonrío.

Es tiempo de morir.


[ ecumedesjours ]


He visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto Rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir....

2 comentarios:

adam dijo...

¡¡¡¡¡ aaaaaaaaaaaaah !!!!
Nexus, que vio naver ardiendo mas alla de Orion...

adam dijo...

A mi tambien me gustaria atravesar la puerta de Tanhauser.