martes, noviembre 21, 2006

Mis relatos semanales

EL RINCON DE SHEREZADE - Los cuentos de las mil y una palabras VII


"Muchacha en la ventana"

Salvador Dali - Muchacha en la ventana "La Muchacha en la ventana"


– ¿Jugaste alguna vez a ver más allá de la imagen con el ‘ojo mágico’?, ese libro lleno de láminas de colores que, si conseguías adentrarte en la imagen, se abría un mundo en tres dimensiones... ¿sabes de qué te hablo?



– Sí, claro.

– Bien, pues el cuadro de la “Muchacha en la ventana” posee ese efecto... – le dice Julia a Cecilia – He viajado centenares de veces por ese cuadro Me he fundido en el punto de la cabeza de la muchacha, en su cabello oscuro y la ventana me ha succionado hacia ese interior o exterior... y todo se amplia, el mar, la playa, las barcas posadas en la arena, otras ancladas a unos metros. El pueblo, sus calles, los pinos, las montañas. La muchacha, desde su posición privilegiada, está inmóvil, eternizada, dispuesta a ser usada como telescopio para poder viajar por la playa de Cadaqués y sus calles. – Julia deja de hablar y sonríe ante la imagen de su amiga que mira estupefacta la mágica imagen de Dali –

– Es de locos...

– Más bien para privilegiados. Quizá sólo lo sé yo y ahora tú. No todo el mundo ha tenido un accidente de coche y ha conseguido tantas fracturas como las mías. Estuve encamada catorce meses, ocho de ellos escapándome a través de la ventana de esa muchacha. Sin ella habría perdido el juicio.

– Deja que me siente y...

– Quédate todo el tiempo que quieras, te dejo para que tengas tu primer viaje.


Cecilia se acomoda frente al cuadro de la Muchacha en la ventana. Y así comienza su viaje tal como Julia lo ha descrito, fundiéndose con la muchacha en el punto de sus cabellos oscuros. La ventana la aspira y, de pronto, contempla la suavidad de la Costa Brava en ese lugar, la playa acariciando las calles de Cadaqués, los barcos anclados en la arena o a unos metros. El pueblo, los pinos, las rocas, los montes. Mientras la muchacha en la ventana, que parece permanecer inmóvil dando la espalda esboza una sonrisa radiante y aspira bocanadas de mar.


[ ecumedesjours ]

1 comentario:

TERESA dijo...

MUY BUENO,ME IDENTIFICO TOTALMENTE, ES LO QUE HUBIERA ESCRITO YO SI TUVIERA ESA CAPACIDAD