Die Zauberflöte
La Flauta Mágica
Mozart
Overtura
Acto I - Escena 1
parte 1ª
parte 2ª
parte 3ª
parte 4ª
Acto I - Escena 2
Acto I - Escena 3
Acto II - Escena 1
Acto II - Escena 2
Acto II - Escena 3
Acto II - Escena 4
Acto II - Escena 5
Acto II - Escena 6
Acto II - Escena 7
Acto II - Escena 8
Acto II - Escena 9
Acto II - Escena 10

ACTO I - Escena 2
Szene 2 (Ein prächtiges ägyptisches Zimmer. Monostatos tritt auf. Pamina wird von Sklaven hereingeführt) 6 Terzett MONOSTATOS Du feines Täubchen, nur herein! PAMINA O welche Marter, welche Pein! MONOSTATOS Verloren ist dein Leben! PAMINA Der Tod macht mich nicht beben, Nur meine Mutter dauert mich; Sie stirbt vor Gram ganz sicherlich. MONOSTATOS He, Sklaven, legt ihr Fesseln an! (Sklaven legen ihr Fesseln an.) Mein Haß soll dich verderben! PAMINA O laßt mich lieber sterben, Weil nichts, Barbar, dich rühren kann! (Sie sinkt ohnmächtig auf ein Sofa.) MONOSTATOS Nun fort! Laßt mich bei ihr allein! (Die Sklaven gehen ab) PAPAGENO (von außen am Fenster) Wo bin ich wohl? Wo mag ich sein? Aha! da find' ich Leute. Gewagt, ich geh' hinein. (Geht herein) Schön Mädchen, jung und rein, Viel weißer noch als Kreide. MONOSTATOS, PAPAGENO (erschrecken einer über den andern) Hu! Das ist der Teufel sicherlich! Hab' Mitleid! Verschone mich! Hu, hu, hu! (Laufen beide ab.) PAPAGENO Bin ich nicht ein Narr, daß ich mich schrecken ließ? Es gibt doch auch schwarze Vögel auf der Welt, warum denn nicht auch schwarze Menschen?... Ah, da ist ja das schöne Fräuleinbild noch.... Du Tochter der nächtlichen Königin. PAMINA Wer bist du? PAPAGENO Ein Abgesandter der sternflammenden Königin. PAMINA Meiner Mutter? O Wonne!... Dein Name? PAPAGENO Papageno. PAMINA Papageno?... Papageno... ich erinnere mich, aber ich sah dich nie! PAPAGENO Ich dich auch nicht! ich liefere deiner Mutter schon seit vielen Jahren alle die schönen Vögel in den Palast. Heute, als ich im Begriffe war, meine Vögel abzugeben, sah ich plótzlich einen Menschen vor mir, der sich Prinz nennen läßt, Kurz: dieser Prinz hat deine Mutter so eingenommen, daß sie ihm dein Bildnis schenkte und ihm befahl, dich zu befreien. Sein Entschluß war so schnell als seine Liebe zu dir. PAMINA Er liebt mich? Ja aber, warum säumt er so lange? PAPAGENO Mich hat der Prinz vorausgeschichkt, um dir seine Ankunft anzukündigen. PAMINA Du hast viel gewagt! Wenn Sarastro dich hier erblicken sollte... PAPAGENO So wird mir meine Rückreise erspart. Das kann ich mir denken. PAMINA Du hast noch kein Weib, das auf dich wartet? PAPAGENO Noch nicht einmal ein Mädchen, viel weniger ein Weib! Ich möchte mir oft alle meine Federn ausrupfen, wenn ich bedenke, daß Papageno noch keine Papagena hat! PAMINA Geduld, Freund! Der Himmel wird auch für dich sorgen! | Escena 2 (Una habitación magnífica en el palacio de Sarastro. Monostatos entra con unos esclavos y Pamina) 6 Trío MONOSTATOS ¡Entra, pichoncita, entra! PAMINA Oh, qué tortura! ¡Qué tormento! MONOSTATOS ¡Tu vida está perdida! PAMINA La muerte no me causa espanto; lo que me duele es mi madre, que, seguramente morirá de pena. MONOSTATOS ¡Eh, esclavos! ¡Encadenada! (La encadenan.) Mi odio será tu perdición. PAMINA ¡Oh, prefiero que me mates pues que nada, bárbaro, puede conmoverte! (Se desmaya sobre un sofá.) MONOSTATOS ¡Fuera! ¡Dejadme solo con ella! (Los esclavos salen.) PAPAGENO (por fuera, junto a la ventana) ¿Dónde estoy? ¿Dónde estaré? ¡Ajá, ahí veo gente! Ánimo, voy a entrar. (entra) ¡Bella muchacha, joven y graciosa, mucho más blanca que la tiza! MONOSTATOS, PAPAGENO (se asustan el uno al otro) ¡Uh! ¡Seguro que es el diablo! ¡Ten compasión! ¡Perdóname la vida! ¡Uh! ¡Uh! ¡Uh! (Monostatos escapa.) PAPAGENO ¿Pero es que soy tan necio, que me dejo asustar? En el mundo hay pájaros negros, ¿por qué no va a haber también hombres negros?... ¡Hm, mira! ¡Ahí está Pamina! Eh, tú, hija de la Reina de la Noche... PAMINA ¿Quién eres? PAPAGENO Un enviado de la reina Astriflamante. PAMINA ¿De mi madre? ¡Oh!... ¿Cómo te llamas? PAPAGENO Papageno. PAMINA ¿Papageno .... ? Papageno... ¡recuerdo ese nombre, pero nunca te vi! PAPAGENO ¡Tampoco yo te vi a ti nunca! Hace ya muchos años que llevo al palacio de tu madre todos los bellos pájaros... Hoy, cuando me disponía a entregar los pájaros, vi de repente ante mí a un hombre que se hace llamar príncipe. Dicho brevemente: ese príncipe ha conquistado de tal manera el corazón de tu madre que ella le ha regalado tu retrato y le ha ordenado que te libere. Su decisión fue tan rápida como su amor por ti. PAMINA ¿Me ama? Pero, entonces, ¿por qué se retrasa tanto? PAPAGENO El príncipe me ha enviado para anunciarte su llegada. PAMINA ¡Te has expuesto a grandes riesgos! Si Sarastro te viese aquí... PAPAGENO Me ahorraría el regreso. Puedo imaginármelo. PAMINA ¿Es que no tienes una mujer que esté aguardándote? PAPAGENO ¡Ni siquiera tengo una muchacha, así es que mucho menos una mujer! ¡A veces me entran ganas de arrancarme todas mis plumas, cuando pienso que Papageno no tiene aún una Papagena! PAMINA ¡Paciencia, amigo! ¡También de ti se cuidará el cielo! |
No hay comentarios:
Publicar un comentario