El Retrato en el Siglo de Picasso ( XI )

Olga y Pablo

En 1917 Jean Cocteau presenta a Picasso al director de los Ballets Rusos Sergio Diaghilev, quien le propone realizar los decorados y figurines de la obra "Parade" cuya música ha compuesto Eric Satie. Cuando se estrena la obra en París, el público expresa ruidosamente su indignación por el ballet, pero aplaude el decorado de formas cubistas móviles. Durante esta etapa Picasso conoce a Olga Khokhlova, bailarina del ballet ruso. Olga abandona la compañía para irse a vivir con el pintor. juntos se trasladan a Madrid y luego a Barcelona. Un año más tarde contraen matrimonio.



Picasso se sirve de la Antigüedad clásica pero reinterpreta esos modelos desde la experiencia anterior acumulada. Parece probable que su necesidad de volver a pintar retratos es la que le hizo abandonar el cubismo que irremediablemente le llevaba a la abstracción.

El retrato de Olga de 1917 nos recuerda algunos retratos de Ingres, tiene ese aire clásico que combina con elementos de raíz cubista como el primitivismo, la planitud de la superficie o la desproporción de los brazos.

Pablo Picasso
Olga Khokkhlova, 1917
Óleo sobre lienzo, 120 x 75 cm.
Colección privada

Olga posará en todo tipo de actitudes para Picasso. Olga con cuello de piel es casi una grisalla al óleo, es un alarde del virtuosismo técnico de Picasso. La delicada pincelada le transfiere una textura cercana al pastel, mientras que la firmeza de los contornos lo aproximan al aspecto de un dibujo a tinta.

Pablo Picasso
Olga con cuello de piel, 1923
Óleo sobre lienzo, 116 x 80,5 cm.
Musée Picasso, París
En depósito en el Musée des Beaux - Arts, Lille

En Retrato de la mujer del artista ( Olga ), también de 1923, Picasso representa a Olga como un prototipo clásico, tanto en la manera de vestirse como en la pose, en los rasgos regulares y perfectos de su rostro, y en su pose elegante.

Pablo Picasso
Retrato de la mujer del artista ( Olga ), 1923
Óleo sobre lienzo, 129, 5 x 97 cm.
Colección privada, Londres