jueves, mayo 31, 2007

Cómplices


Espera, tengo muchas cosas que contarte,
olvídate de todos, del resto, el sobrante.

Soy tu favorita, soy tuya, no subas tan alto.

Quédate y escucha, no lo repetiré.

No digas que todo lo sabes,
ésto jamás lo escuchaste.


Juan Bautista Nieto
"La Luna"

miércoles, mayo 30, 2007

Esa sensación...

Si el día es radiante aspiras y te recargas de energía, si llueve también, si hace viento, por supuesto, también, si amanece con frío pues, qué decir, también. Sea como sea el día que comienza te recarga de energía, será a lo largo de los sucesos de dicho día cuando iremos dejando una pizca de energía por aquí, una tonelada de energía por allá y cuando, las personas, escogidas o no, irán chupando de esa energía que poseemos, toda nuestra, intentando apurarte y agotarte, dejarte extenuada y totalmente vacia, ya te recargarás, tú puedes, diste mucho sin nada a cambio, aprende a ser egoista, nena.

Me resulta inevitable la sensación de estar siempre en un escalón superior o inferior de la gente o personas individuales con las que me encuentro, no logro estar en el mismo peldaño. Esa sensación de haber vivido ya lo que a ti aun te queda por vivir. No es sensación ni de superioridad ni de inferioridad, sino de soledad, una extraña, agradable o no, sensación de no vivir acompasada con el resto. No eres normal, muñeca, por mucho que te empeñes no lo eres, tampoco eres especial, nena, por mucho que te lo digan nadie lo es. No tienes remedio, peque, eres así y por ahí evolucionas, hacia ese destino que tú trazas, porque, baby, nadie escoge tus caminos, ni siquiera ese absurdo que los cobardes llaman destino para rendirse ante una batalla que ni se plantean ni saben comenzar, son ciegos voluntarios, darling, les gusta su sofá maltrecho, ajado y gastado por el tiempo perdido en el camino ya trazado por una televisión con mucho ingenio que quería estafarte y tú no te dejaste, se refugian en barras con amigos y cervezas, pero tú prefieres el whisky o la coca-cola, por separado.

Take care, darling, prend soin de toi, cuídate mucho, cielo.

Tú ya eres sabia, él está en su segunda infancia, olvídalo, no eres su remedio, déjalo perdido en su propia confusión. Los niños aprenden solos guiados por su madre y tú no eres su madre.

I'm sorry, el hombre que buscas no existe, bye, bye.

Love


martes, mayo 29, 2007

Como decirte que....

Capítulo V - "Al filo de la locura"



[Extracto de mi novela (¿diario?, ¿libro de días?, prólogo de la locura) comenzada y no acabada todavía]




Saltarse un día de trabajo es una sensación maravillosa, se entremezcla un sentimiento de culpabilidad junto con la sensación de rebeldía que genera transgredir las normas de conducta de un ser social. Mi sentido de la sociabilidad comenzaba a dejar mucho qué desear; ya en la calle llevaba en la cara una sonrisa estúpida que no podía borrar. Me detenía en la acera del Museo del Prado y miraba los coches pasar lentamente debido a los atascos que genera el deseo de todos por llegar al trabajo en coche y el sueño de aparcar a la puerta de la empresa. Míralos, todos tienen prisa, y en sus mentes de fin de mes sólo queda espacio para calcular lo que les quedará tras pagar la hipoteca, el colegio de los niños y los gastos fijos que sus esposas pijas generan con afán capitalista. Algunos abren una cartilla de ahorro paralela a la cuenta corriente, pensando que algún oasis encontraran en mitad del camino de sus días. Pude estar horas mirando los coches pasar y dando la espalda a la larga cola que se generaba a la entrada del Museo, estúpidos... si fueran un domingo a mediodía ni harían cola ni pagarían, pero ya se sabe que no hay tiempo para todo ni el calendario es el mismo para todos. Malditos inventos del hombre, ese empeño en inventarse el tiempo, en inventar cómo medirlo. Es curioso, el tiempo se ha convertido en la mayor angustia del hombre y, sin embargo, toda la humanidad ha conseguido ponerse de acuerdo para medirlo de igual forma, si hubiéramos sido capaces de ponernos de acuerdo en medir el hambre de todos y cada uno de los seres humanos todos estaríamos saciados, es tan curioso el ser humano, está tan solo, es tan delicado, tan susceptible de morir en un suspiro.



Caminando por la Castellana sobrepasé el café Gijón, allí ya no queda nada del aliento de aquellos escritores y sus tertulias por mucho que se empeñen. Un día me crucé con mi paisano, Manuel Vicent, fue cuando yo era una recién llegada a la capital y estuve a punto de lanzarme a su abrazo al sentirme unida al cariño con el que él habla de la tierra en que nacimos, a sentirme paisana, porque sólo fuera de casa es cuando sentimos que alguna raíz nos queda, sobretodo cuando echamos en falta el mar, abrazarme a él hubiera sido como abrazar al mar. El azul de sus ojos me recordaba la luz de los cielos de septiembre reflejados en el agua de mi playa, pero no lo hice, pasé de largo y él supo que le había reconocido. Le hice burla al café Gijón, no iba a dejar allí mi dinero, era mi venganza por el precio excesivo que nos cobraron en días pasados por un par de cafés compartidos con Alicia. Me senté en la terraza del Espejo, un café precioso, acristalado y con lámparas voluptuosas, ideal para morirse un poquito allí dentro en una tarde de otoño y ver como las gotas de lluvia resbalan por los cristales. Pero es verano y me quedé en la terraza. Al cruzar las piernas sentí la suavidad de mis ingles recién depiladas y la ausencia de ropa interior, ya no sé si lo hice a propósito o fue un despiste, pero me sentía más rebelde al ser la única mujer que allí había sentada rodeada de hombres enchaquetados en un almuerzo de negocios en los que se hablaba de todo menos de la empresa; algunos me miraban, otros querían mirar y no lo hacían, tratándose de la única mujer que allí había me sentí como una furcia a la que quizá ponían precio en su imaginación. Por fin escuché una conversación en la que se hablaba de cash flow, del próximo coach, e-learning, team-building, ... Demasiados ejecutivos en la empresa, gente impecable con sus cuellos rozados del gasto de las múltiples horas que dedican a entrar y salir de reuniones en las que realmente nada se produce, los que realmente producen son los asalariados temporales que van entrando y saliendo de las empresas, porque mantener a los seniors dinosaurios no da para arriesgarse en ampliar una plantilla de gente fija, es una forma de evitar que los jóvenes con ímpetu que creen que su trabajo va a estar valorado lleguen a acomodar sus traseros y se conviertan en esos dinosaurios que ya son inútiles para la empresa, aunque quedan bien en los encuentros con otras sedes, con la competencia o incluso en las charlas casi benéficas que tienen acordadas con Universidades y otros foros en los que creen que van a sembrar algún ideal impetuoso en los jóvenes que están forjándose con el único ideal de tomarlos como ejemplo de salario y poder de adquisición.



Después de mi café pedí un whisky, un buen malta, me encanta en vaso ancho. Me quedé absorta viendo el crujir del hielo y como el agua comenzaba a diluir el color miel de un licor embotellado durante doce años y ahora iba a saborearlo. ¿ Dónde estaba yo hacía doce años? debería estar jugando en el tobogán con mi hijo de cuatro años, en aquella urbanización donde solo unos pocos nos atrevíamos a gozar del verano con ropa fresca y los pies descalzos, el resto se maquillaba para bajar a comprar el pan. Sobre el agua de la piscina siempre flotaba un amasijo de caldo aceitoso con olor a cremas y potingues de marca. Odio las piscinas públicas. Volvamos al whisky, mis sentidos comenzaban a nublarse, no había comido nada, así que devoré los cacahuetes que me había regalado el camarero, pero los sentidos seguían nublándose con placer y fui resbalando en la silla hasta acomodarme de tal forma que, echando la cabeza hacia atrás y apoyada en el respaldo de la silla, los tonos del cielo de Madrid me evocaron los cielos de Turner, la contaminación filtraba los rayos de sol en una inmensa gama de morados, rojos, azules y amarillos, si juntaba mis párpados sin llegar a cerrarlos me convertía en un calidoscopio que giraba a su antojo, hasta que la cabeza del camarero rompió todos los cristalitos de colores



– ¿ Se encuentra bien?

– Perfectamente, ¿puede quitarse?, me tapa el Sol – Siempre había deseado decir aquella frase de Diógenes, pero hubiera querido tener frente a mi a Alejandro Magno, ¡qué hombre! –




Una nube acabó de deshacer mi calidoscopio, así que volví a recomponer mi postura sentándome como una mujercita, tuve que levantarme para recomponer también mi falda, entonces me di cuenta que había sido espectáculo de la mirada de aquellos seniors y juniors de los cuales el noventa y ocho por cien me hicieron un guiño, lo tomé como un piropo, llamé al camarero y no me dejó pagar, alguien se me había adelantado, con tantos guiños no supe quién fue, me levanté y me fui. Dudé en seguir hacia adelante, hacia la Plaza de Castilla o retornar por donde había venido. Me fui con cierta lástima, no volvería a ver a aquellos seniors ejecutivos que pronto serían reemplazados por carne fresca, el hombre de empresa es efímero, su fecha de caducidad rápida, pero ¿ a quién le importa?



Volví caminando por el centro de la Castellana y me detuve ante un pequeño estanque donde un emigrante de cualquier lugar lavaba sus ropas frotándolas con un haz de hierbajos medio secos, no me importaba sentir que él se daba cuenta de que lo observaba, no me importaba sentir que cualquier persona se daba cuenta de que yo le mirara, no estaba dispuesta a perderme nada que mi curiosidad demandara, de ese momento me sacó una voz a mi espalda.



– ¿Has bailado alguna vez bajo la luz de una luna llena?

– [ ........... ] Creo que no, – dije sin volverme –

– ¿Bailarías conmigo esta noche?

– ¿Hay luna llena?

– Sí.

– ¿Y quién eres tú?, – sin mirarle, me gustaba mucho su voz y no quería estropearla, podía ser feo, o gordo. Nunca me han gustado los hombres gordos –

– Llámame. – Puso una tarjeta en mi mano y se fue –

Al darme la vuelta lo vi por detrás, era delgado y alto, no estaba calvo, a su espalda le calculaba unos 40 años. Miré la tarjeta, junto a su nombre y su teléfono había una descripción: “Observador de globos”. Sonreí, y me quedé mirando como se perdía en la misma dirección de mis próximos pasos. Volví a casa imaginando a un hombre observando el cielo, buscando globos aerostáticos, o ¿serían globos perdidos por niños?, o globos grandes de colores con su cesta llevando hombres voladores pendientes del aire insuflado para controlar un vuelo sin alas ni motores, pendiendo sus vidas de una fina seda tejida. Lo busqué al fondo de mi mirada miope y no lo encontré, me detuve y miré al cielo, era evidente que no vería un globo surcar el cielo del centro de la ciudad.

– ¡Bah! – me dije a mi misma dando una palmadita al aire – me ha tomado el pelo. – Y me sentí satisfecha de topar con la locura ajena, era como sentirme complacida de no ser la única rebelde que había hecho novillos a su día laboral. Comenzaba a gustarme el dejar de lado mi responsabilidad social.


a.b.p.

lunes, mayo 28, 2007

café para todos


Tengo motivos personales satisfactorios para invitaros a todos

domingo, mayo 27, 2007

Mis Relatos Semanales

TINTERO VIRTUAL CCXCVIEl balcón



“Calle Tintero”

Me despertó el sudor del mediodía, había pasado mala noche y el sueño tardó en recogerme. Me di una ducha y abrí el balcón, todavía entraba más calor de la calle del que ya había dentro de la casa, y el sofoco de llantos, de ruidos de patadas, hizo que me asomara a la calle medio desnuda. Los balcones y ventanas de los demás hogares también estaban abiertos, y los que permanecían cerrados no tardaron en abrirse aun teniendo el privilegio de poseer ventiladores y aire acondicionado.

En la calle se representaba un espectáculo insólito, una pareja de ancianos decrépitos apaleaban con sus bastones a unos jóvenes indefensos ante el respeto de las canas violentas. Los balcones miraban sin parpadear y sin abrir la boca, la gente en la calle pasaba de largo, algunos se daban la vuelta para seguir mirando sin hacer mucho caso ya que soñaron o pensaron que nada era real, una alucinación por el calor sofocante que auguraba una portentosa tormenta.

– ¡Quietos!, ¡Basta! – grité sorprendida por ser la única persona que parecía tener voz.

– ¡A callar! ¡Metete en casa! – dijo el viejo sin dejar de golpear a diestro y siniestro a los jóvenes ya maltrechos.

Su bastón estaba teñido del color intenso de la vida y en el rostro de la vieja resaltaban sus ojos de sapo salpicados de sangre joven dándole un aspecto terrorífico.

Llamé a la policía y bajé a la calle envuelta en un albornoz, cuando puse los pies en el asfalto los viejos se lanzaron hacia mi y volví al interior del patio de mi casa para protegerme. Aporrearon la puerta y rompieron los cristales.

– ¿A qué viene esta violencia?

– ¡A callar! – repetía el viejo –

– ¡A callar! – coreaba la vieja – ¡La calle es nuestra, llegamos aquí hace cinco años y ningún niñato nos va a desplazar de estas aceras ni de estos bancos!, ¡Faltaría más!

No daba crédito a aquellas palabras, pues hacía más de siete años yo ya me había sentado en aquellos bancos junto a otros vecinos a charlar de nuestras cosas y de los últimos libros que habíamos leído y aquellos rostros eran completamente desconocidos para mi. Afortunadamente la policía no tardó en llegar y fueron rápidos apoderándose de sus bastones. El viejo amenazaba a los policías y la anciana se protegía tras sus espaldas, entonces me atreví a salir y me dirigí a auxiliar a los tres muchachos malheridos, uno de ellos ya sin vida, completamente roto. Lloré amargamente y miré hacia arriba, hacia mis vecinos silenciosos, todos ellos culpables del crimen allí cometido.

Pronto llegaron ambulancias, auxiliaron a los muchachos todavía vivos y al muerto lo enfundaron en un saco negro, el sonido del cierre de aquella cremallera hizo una cicatriz en mi vida. A la vieja se la llevaron con facilidad pero el viejo seguía gritando:

– ¡La calle es mía!, ¡la calle Tintero siempre ha sido mía!

Unos dicen que fue el calor, otros el preludio de la tormenta y los que más culparon a la locura senil de una vida vacía. Mis antiguos vecinos, ya repartidos por mejores barrios, no daban crédito cuando leían las noticias del suceso de aquél barrio tranquilo que siempre fue libre hasta que aquellos ancianos intentaron tomarlo como suyo.


[ ecumedesjours ]

bello...


Harem

Die Zauberflöte

Overtura

Acto I - Escena 1
parte 1ª
parte 2ª
parte 3ª
parte 4ª


Acto I - Escena 2
Acto I - Escena 3
Acto II - Escena 1
Acto II - Escena 2
Acto II - Escena 3
Acto II - Escena 4
Acto II - Escena 5
Acto II - Escena 6
Acto II - Escena 7
Acto II - Escena 8
Acto II - Escena 9
Acto II - Escena 10 (Final)






ACTO II - ESCENA 3





Szene 3

(Einen Garten. Pamina schläft.
Der Mond beleuchtet ihr Gesicht.
Monostatos kommt)

13. Arie

MONOSTATOS
Alles fühlt der Liebe Freuden,
Schnäbelt, tändelt,
herzt und küßt;
Und ich sollt' die Liebe meiden,
Weil ein Schwarzer häßlich ist!
Ist mir denn kein Herz gegeben?
Bin ich nicht von Fleisch und Blut?
Immer ohne Weibchen leben,
Wäre wahrlich Höllenglut!
Drum so will ich, weil ich lebe,
Schnäbeln, küssen,
zärtlich sein!
Lieber guter Mond, vergebe,
Eine Weiße nahm mich ein.
Weiß ist schön! Ich muß sie küssen;
Mond, verstecke dich dazu!
Sollt' es dich zu sehr verdrießen,
O so mach' die Augen zu!

(Er schleicht langsam und leise zu
Pamina. Die Königin der Nacht kommt
unter Donner aus der Versenkung)

PAMINA
(erwacht)
Ihr Götter!

MONOSTATOS
O weh! Das ist...
die Göttin der Nacht!

PAMINA
Mutter!

MONOSTATOS
Mutter?
Das muß man belauschen!

(Versteckt sich)

KÖNIGIN DER NACHT
Wo ist der Jüngling,
den ich an dich sandte?

PAMINA
Er hat den Eingeweihten gewidmet.

KÖNIGIN DER NACHT
Er ist verloren.
Siehst du hier diesen Stahl?
Er ist für Sarastro geschliffen.
Du wirst ihn töten!

PAMINA
Mutter!

Escena 3

(Un jardín donde duerme Pamina.
La Luna ilumina su rostro.
Monostatos entra furtivamente.)

13 Aria

MONOSTATOS
Todos los seres vivos sienten
las alegrías del amor,
se picotean, juguetean,
se abrazan y besan;
y yo debo evitar el amor
porque un negro es feo.
¿Es que no poseo un corazón?
¿Es que no soy de carne y sangre?
¡Vivir sin una mujercita sería
realmente el fuego del infierno!
¡Porque soy un ser vivo, quiero,
picotear, besar, ser cariñoso!
Querida y buena Luna, perdona,
una mujer blanca me ha conquistado.
¡Lo blanco es bello! He de besarla.
¡Oh Luna, escóndete!
¡Si te molesta demasiado,
oh, entonces cierra los ojos!

(Se desliza lenta
y silenciosamente
hacia Pamina.
La Reina de la Noche
surge del suelo entre truenos.)


PAMINA
(se despierta)
¡Madre!

MONOSTATOS
¡Ay de mí! Ésa es...
la Reina de la Noche.

PAMINA
¡Madre mía!

MONOSTATOS
¿Madre?
¡He de escuchar lo que dicen!

(se esconde)

LA REINA DE LA NOCHE
¿Dónde está el joven
que te envié?

PAMINA
Se ha dedicado a los iniciados.


LA REINA DE LA NOCHE
Está perdido.
¿Ves este acero?
Ha sido afilado para Sarastro.
¡Lo matarás!

PAMINA
¡Madre!





[voz en off: impresionante, maravillosa Diana Damrau...]



14. Arie

KÖNIGIN DER NACHT
Der Hölle Rache kocht
in meinem Herzen,
Tod und Verzweiflung flammet
um mich her!
Fühlt nicht durch dich
Sarastro Todesschmerzen,
So bist du meine Tochter
nimmermehr.
Verstoßen sei auf ewig,
verlassen sei auf ewig.
Zertrümmert sei'n auf ewig
alle Bande der Natur,
Wenn nicht durch dich Sarastro
wird erblassen!
Hört, Rachegötter,
hört der Mutter Schwur!




(Sie gibt Pamina den Dolch
und versinkt)

14 Aria

LA REINA DE LA NOCHE
¡La venganza del infierno
hierve en mi corazón,
la muerte y la desesperación
arden a mi alrededor!
Si Sarastro no siente,
por tu mano,
los dolores de la muerte,
nunca más serás hija mía.
¡Repudiada y abandonada serás
por toda la eternidad,
destruidos quedarán
todos los lazos
de la Naturaleza,
si Sarastro no expira
por tu mano!
¡Escuchad!
¡Dioses de la venganza!
¡Escuchad el juramento
de una madre!

(le da a Pamina el puñal y se
hunde en el suelo.)







PAMINA
(mit dem Dolch in der Hand)
Morden soll ich?...
Das kann ich nicht!
Wa soll ich tun?

MONOSTATOS
(kommt aus seinem Versteck hervor)
Dich mir anvertrauen.

(Nimmt ihr den Dolch ab)

PAMINA
Dir?

MONOSTATOS
Du hast also nur einen Weg,
dich und deine Mutter zu retten.


PAMINA
Der wäre?

MONOSTATOS
Mich zu lieben!

PAMINA
Götter!

MONOSTATOS
Nun, Mädchen! Ja oder nein?

PAMINA
Nie!

MONOSTATOS
So fahre denn hin!

(Sarastro tritt auf.)

Herr, ich bin unschuldig!
Ich wollte dich rächen.

SARASTRO
Ich weiß, ich weiß. Geh!

(Monostatos geht ab.)

PAMINA
Herr, strafe meine Mutter nicht!
Der Schmerz, mich zu verlieren...

SARASTRO
Sei ruhig!
Du sollst sehen,
wie ich mich an deiner
Mutter räche.

15. Arie

SARASTRO
In diesen heil'gen Hallen
Kennt man die Rache nicht,
Und ist ein Mensch gefallen,
Führt Liebe ihn zur Pflicht.
Dann wandelt er an
Freundes Hand Vergnügt
und froh ins bess're Land.
In diesen heil'gen Mauern,
Wo Mensch den Menschen liebt,
Kann kein Verräter lauern,
Weil man dem Feind vergibt.
Wen solche Lehren nicht
erfreun, Verdienet nicht
ein Mensch zu sein.

(Sarastro und Pamina gehen ab)

PAMINA
(con el puñal en la mano)
¿Mataré?
¡No puedo!
¿Qué haré?

MONOSTATOS
(sale de su escondite)
¡Confiarte a mí!


(le quita el puñal)

PAMINA
¿A ti?

MONOSTATOS
No tienes más que un camino
para salvarte a ti y a tu madre.

PAMINA
¿Y cuál sería?

MONOSTATOS
¡Amarme!

PAMINA
¡Dioses!

MONOSTATOS
Vamos, muchacha. ¿Sí o no?

PAMINA
¡No!

MONOSTATOS
¡Entonces morirás!

(Entra Sarastro.)

Señor, soy inocente.
Quería vengarte.

SARASTRO
Lo sé, lo sé. Vete.

(Monostatos sale.)

PAMINA
¡Señor! No castigues a mi madre,
el dolor de perderme...

SARASTRO
¡Cálmate!
Ya verás cómo tomo
venganza de tu madre.


15 Aria

SARASTRO
En estas naves sagradas
no se conoce la venganza;
y si un hombre ha caído,
el amor lo conduce al deber.
Entonces camina alegre
y contento, junto al amigo
hacia un país mejor.
En estos muros sagrados,
donde el hombre ama al
hombre, no puede acechar
ningún traidor, porque
al amigo se le perdona.
Quien no ama estas doctrinas
no merece ser un hombre.

(Sarastro y Pamina salen)

viernes, mayo 25, 2007

Stand by...


miércoles, mayo 23, 2007

Mis Relatos Semanales


EL RINCÓN DE SHEREZADE
Los Cuentos de las Mil y Una palabras XXXIV
"Círculo Rojo"



John Singer Sargent
William Butler Yeats, 1908
Lápiz
Colección Privada
[Wiliam Butler Yeats, poeta y dramaturgo irlandés, 1865-1939, obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1923]


"El círculo Rojo"

La tarde pintaba de rojos y morados el cielo del final de un otoño que traía ya el frío de un próximo invierno. Julia estaba en el jardín podando sus rosas para la siguiente cosecha cuando se sintió observada, al darse la vuelta se encontró con la mirada de un joven apuesto, muy atractivo, que le hizo un gesto de acercamiento como si algo fuera a preguntarle. Se acercó a la verja y le preguntó si buscaba a alguien, el joven asintió y le dijo.

– Tengo hambre

Julia lo miró y se dio cuenta de su rostro cadavérico, de sus bellas facciones y su ropa cara ya ajada. Sin saber cómo, se encontró abriendo las puertas de su casa al desconocido y preparándole unos canapés y un vaso de vino.

– Mi nombre es Samuel – le dijo en cuanto engulló y bebió –

La anfitriona se sintió conmovida por la delgadez de aquella belleza que miraba a su alrededor los objetos de arte que rodeaban a la mujer soltera y madura que no llegó a casarse porque su amor nunca fue correspondido.

– Es increíble, tiene usted un Tintoretto, y parece auténtico...

– Y lo es, el de su derecha es de su hija, la Tintoretta, murió joven, de parto. Solía acompañar a su padre vestida de hombre, fue invitada a la corte española para pintar retratos y su padre le rogó que se quedara a su lado y la casó con un vecino acomodado que, sin saberlo, fue quién sesgó su futuro.

– Si, conozco la historia.

– ¿Eres artista?

– No, soy un sinvergüenza, estafador y ladrón.

– Vaya, ¿estoy en peligro?

– No.

El joven le contó que estaba casado, que tenía dos hijos y debía marcharse, ella le dio un billete de veinte doblezones y él no dudó en tomarlos.

Julia se durmió con la imagen inquietante del joven y soñó que las pinturas del padre y la hija hablaban entre ellas. Al día siguiente se fue a la ciudad a comprar víveres para el fin de semana y unos zapatos para la fiesta del sábado a la que había sido invitada como adorno de las amistades y vecinos del valle residencial donde vivía. Al volver a casa buscaba con su mirada por los alrededores esperando encontrar al bello joven. Cuando ya estaba preparada para irse a la cama con un libro llamaron a la puerta, allí estaba el muchacho con su joven esposa y dos niños pequeños de cada mano. Ella todavía era más pálida, bella y delgada que él. Se sintió molesta, era muy tarde y estaba cansada, les dio otro billete de treinta y les pidió que se marcharan, al cerrar la puerta oyó un golpe seco, miró por la mirilla de la puerta y vio que la chica se había desmayado, no podía dejarles allí, así que abrió y la acomodaron en la habitación de la asistenta que, por ser viernes no dormía en la casa y no volvería hasta el lunes. A la mañana siguiente aparecieron los tíos de la muchacha a visitarlos. Julia les rogó que se los llevaran, pero ellos argumentaron ser pobres, miserables y no disponer de espacio, entonces ella amenazó con llamar a la policía si no se iban y la tía le dijo que así lo único que conseguiría sería matar a su sobrina. La mirada y la belleza del joven la atenazaron y le impedía tomar una drástica decisión. La tía se ofreció a cuidar la casa, limpiar y comprar hasta que la niña se pusiera fuerte y pudieran marcharse. Julia avisó a sus amigos que no iría a la fiesta y se quedó en la casa. La mujer preparó un desayuno y Julia se encontró indispuesta y mareada y cayó en el sofá. Despertó hacia el mediodía, mareada, queriendo levantarse y sin encontrar las fuerzas para ello, abrió los ojos y se vio encerrada en la habitación de la asistenta, pero apenas podía ni hablar. Samuel entró en la habitación con los dos cuadros y los colgó en las paredes.

– Sé que le gustará verlos, nosotros le cuidaremos.

Ella estaba aterrorizada y agotada. Nada podía hacer. Al día siguiente, la tía y la niña entraron en la habitación, le dieron un caldo a beber, ella no quería tomar nada, pero la obligaron y volvió a caer en un sueño comatoso mientras en el salón habían apartado los muebles y el tío pintaba un gran circulo en el suelo. Samuel llegaba con ropas nuevas, impecable y con los bolsillos llenos de doblezones de las antigüedades que había estado vendiendo. Llamaron a la puerta unas amigas de Julia para preguntar por ella, cuando vieron al bello galán que les abría la puerta comenzaron a chismorrear sobre esa extraña relación que a la edad de Julia había caído como otras tantas solteronas excéntricas y pasaron los días y nadie la echó de menos.

Mi nombre es Samuel Jr. Yo era uno de aquellos pequeños, mis padres eran unos asesinos estafadores, envenenaron a Julia, pero antes le hicieron firmar la venta de todas sus propiedades.


La tarde pintaba de rojos y morados el cielo del final de un otoño que traía ya el frío de un próximo invierno. El jardín de Julia está ahora seco y olvidado, pero siempre crece alguna rosa asilvestrada sobre la losa disimulada que cubre el cuerpo de aquella mujer bondadosa que sucumbió a la belleza de mi padre y a las pócimas que aquella bruja preparaba en una marmita en el interior del círculo pintado con sangre de cabrito lechal en el salón de aquella mansión.

Que Dios los perdone.


[ ecumedesjours ]


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When You Are Old

When you are old and gray and full of sleep
And nodding by the fire, take down this book,
And slowly read, and dream of the soft look
Your eyes had once, and of their shadows deep;

How many loved your moments of glad grace,
And loved your beauty with love false or true;
But one man loved the pilgrim soul in you,
And loved the sorrows of your changing face.

And bending down beside the glowing bars,
Murmur, a little sadly, how love fled
And paced upon the mountains overhead,
And hid his face amid a crowd of stars.

William Butler Yeats

martes, mayo 22, 2007

Benedictis


Benditos sean los muertos sobre los que cae la lluvia

lunes, mayo 21, 2007

¡Así me gusta!



La Sociedad General de Autores no hace más que llorar por todos los puntos y esquinas que puede acerca de incrementar sus ingresos que, todavía, estoy esperando aclare como son repartidos.

He leído la noticia acerca de Ricardo, dueño de la sala Beat en Tomelloso al que la SGAE le reclamaba 120 euros mensuales por los derechos de autor de la música que suena en el local. Música para “eruditos” por así decirlo, ya que en su mayoría son obras que solo los “sibaritas” musicales podrían llegar a reconocer, ya que algunos de los discos forman parte de pequeños lotes editados con 500 copias. ¿A quién destinaría la SGAE el dinero que Ricardo tendría que pagar?, a sus propios bolsillos y a los de sus amigos. Por tanto Ricardo se negó en rotundo y fue demandado por dicha Sociedad que tras contratar un detective privado le reclaman 2.391,08 euros. Ricardo contrató un Abogado y ¡ha ganado la batalla!.

Informe del Detective: “La música que suena es de actualidad”

Sentencia del juez, que demostró sus amplios conocimientos musicales: "En la Sala Beat de Tomelloso no se comunican, emiten o transmiten obras gestionadas por la SGAE, sino, por el contrario, obras musicales de los años cincuenta y sesenta, hoy sólo en soporte vinilo, que se hallan fuera de los circuitos comerciales.”

Por su parte la SGAE, una vez más, no detalla cuánto paga a cada autor.

Señores, dejen de exprimirnos y tomarnos el pelo, ¡que les den dos duros! (por ser fina) Y mientras sigan así agravando cualquier producto que nos guste ¡viva la piratería!.

Los propios autores deberían alzar su voz, Alaska fue la única que tuvo el coraje de hablar sobre esto y la vetaron, ¡cobardes!



"Horror en el hipermercado" fue el primer single de la banda. Un pequeño homenaje a la memoria histórica: Alaska, Carlos, Ana Curra y ¡Eduardo Benavente!, la calidad de la imagen es lo de menos, valga como un pequeño homenaje a Carlos y Eduardo, sentí mucho la pérdida de ambos, sobretodo de Eduardo que habría llegado muy lejos si ese accidente no hubiera ocurrido, ya te buscaré. Descanse en Paz


domingo, mayo 20, 2007

Noticias recibidas por correo electrónico



El dia 1 de Junio cerrarán la Perrera Municipal de Granollers.

"139 perros y 21 gatos" Si en un plazo de 2 a 15 dias no son adoptados serán sacrificados. Por favor si queréis adoptar un perro o un gato, o sabéis de alguien que quiera adoptarlo, llamad. Es muy urgente. Son animales lavados, desinfectados y en perfectas condiciones sanitarias. Además os pediria el favor que hagáis correr la voz con este mail a todos los contactos posibles

Telf: 93 840 27 77

Domingo



Gustave Brisgand
Descanso desnudo

Mis Relatos Semanales

EL RINCÓN DE SHEREZADE
Los Cuentos de las Mil y Una palabras XXXIII
"Tres son multitud"
o....
TINTERO VIRTUAL CCCXXVIII
El amor en los tiempos del cólera
"Anécdotas en tiempos de cólera"






"Las paredes oyen" - "Anécdotas"

Hace muchos años, en los tiempos en que el amor entre Florentino Ariza y Fermina Daza volaba entre un tráfico de telegramas, comenzaba a aparecer el teléfono en las principales casas de la ciudad.

Mi bisabuela fue la primera operadora del lugar y así fue como llegó a ser la cronista más fiable de su historia, ella escuchaba todas las conversaciones de la gente importante, trapicheos y agradecimientos, información confidencial y privilegiada, cotilleos de la vida diaria y otros más relevantes. Fue una mujer inteligente que supo usar aquella información invirtiendo sus ahorros hasta amasar la fortuna que todavía hoy disfrutamos sus herederos.

En el verano de 1936, el aire olía de forma extraña, era el olor de la revolución, ella se inquietó y decidió retirarse y mantener su fortuna con el instinto aprendido, tomó la decisión de dejar el trabajo y así lo notificó a la compañía, y sabiendo que era su última tarde escuchaba las conversaciones de otra forma, con cariño. Conocía muchas cosas de todos los habitantes, las enfermedades de cada vecino, los celos de la mujer del sinvergüenza de Marcelo, ¿como es posible que su mujer sea tan tonta?. Marcelo se acuesta con todas las mujeres que le dejan menos con la suya, está enfermo, tiene el síndrome de la conquista.

Las mujeres del club social la divertían mucho pues, mientras se despellejaban las unas a las otras y entre ellas, le facilitaban una información de suma importancia teniéndola al día de las cenas entre los peces gordos donde se establecían y firmaban grandes pactos de muchos beneficios y relevancia política, y, durante la preparación y al día siguiente, ellas transmitían la información de primera mano a través del cable telefónico.

Y así pasó su última tarde, encandilándose escuchando la bonita voz del doctor dando sabios consejos a sus enfermos, a veces parecía más un confesor, consejero, sacerdote o psicólogo que un doctor en medicina.

Ocurrió que la hija del banquero llamó a su madre pidiéndole consejo, la muchacha era primeriza y su bebé de siete meses se negaba en rotundo a comer, la niña estaba desesperada y no sabía ya qué hacer para que el niño comiera, la abuela de la criatura aun tenía menos idea de bebés que la madre por lo que, mi bisabuela no pudo evitar participar en la conversación aconsejando a la madre y haciéndole preguntas, probablemente el pequeño sufriría de estreñimiento... La muchacha le dio las gracias muchas veces y la abuela un tanto desconcertada también se las dio.

Y así siguió dando consejos acerca del color de pelo que le quedaría mejor a Teresa, no estaba de acuerdo con Teo sobre que se tiñera de rubio platino, le sienta mejor el castaño claro.

Mi bisabuela comenzaba a hacerse el ánimo de desconectar el auricular y la centralita cuando Marcelo llamó a su esposa para decirle que no iría a cenar, como ayer, ya no necesitaba excusas, siempre eran las mismas, ¡para qué repetirlas! Y no pudo contenerse y le dijo a su esposa:

- Tus celos son fundados, abandona a tu marido, no tiene solución. Te la pega con todas tus amigas, no te fíes de ninguna.

- ¿Quién eres?

- Me llamo Julia, abandónalo, yo me voy esta noche a Paris, si quieres me puedes acompañar.

Marcelo grita, insulta, vocifera y pide explicaciones, Julia y Maria hablan sin escuchar al hombre y establecen una cita. María cuelga el teléfono y Marcelo también. Una última llamada sorprende a Julia cuando ya iba a desconectar la centralita:

- ¡Ha estallado la guerra!



[ ecumedesjours ]

sábado, mayo 19, 2007

El falso Mito de Florentino Ariza


Aviso: las siguientes palabras destripan una novela.

"El Amor en los tiempos del cólera" es una novela genial de Gabriel García Márquez el cual gusta de hidratar a sus personajes fieramente humanos, con sus glorias y sus grandes miserias, pero el lector, ese grandilocuente personaje tan snob tiende a vanagloriar al personaje que le roza el alma usando la selectividad de su memoria en su provecho momentáneo. Tal es el caso de un tal Florentino Ariza, un hombre oscuro, feo, anticuado pero cargado de un interior enamorado que en su deseo inagotable de alcanzar a su enamorada no dudará en usar, abusar y desgarrar los corazones femeninos que se crucen en su vida fingiendo no tener amoríos, engañándose a sí mismo de una falsa virginidad guardada para la mujer a la que espera desde que era un niño.

En el camino de su vida, en la espera a Fermina Daza, buscará corazones solitarios, casadas o solteronas ya independizadas que no le causen problemas de acoso y de las que obtendrá sus orgasmos cuando le vendrá en gana.

Pero... pero en ese camino acogerá y apadrinará a una niña llamada América Vicuña a la que desvirgará, cuidará y usará a su antojo, sencillamente por el egoísmo de sus recuerdos infantiles cuando las esperanzas de alcanzar a Fermina estaban vivas y latentes. La niña se enamorará de su protector, sufrirá demasiado viéndose relegada al olvido cuando él vuelve a ver sus esperanzas por alcanzar a la viuda de Juvenal Urbino florecer de nuevo. América llegará a suicidarse y Florentino apenas sufrirá unos instantes por ser la causa de la muerte de una niña inocente.

Cuando llegué a esas páginas sentí dolor y rabia como si de mi propia hija se tratara y con gusto le hubiera cortado los huevos colgantes a ese hombre egoista.


¿Es la memoria selectiva la que hace que los lectores pasen por alto, incluso perdonen la pederastia de Florentino Ariza?.


¡Qué curiosos somos!, la doble moral... hipócrita lector...

Errores cometidos

No es un buen día, anunciaron lluvias y surgió un sol abrasador que calentó el asfalto de las entrañas de la ciudad y con él surgieron los aromas de la suciedad humana tan diferentes de los que yo anhelo.



No es un buen día, para nada.



¿Por qué no me fui?, ¿para qué me quedé?, ¿qué me retiene en este maldito lugar?, nada, nadie.






Y tú, ¿quién eres?, ¿por qué me miras?, ¿qué esperas?, ¿quién te ha llamado?, ¿por qué has llegado hasta aquí?, ¿qué buscas?, ¿por qué ese maldito empeño en esperar encontrar algo?, no tienes respuestas y yo no te las voy a dar.

Qué hago aqui...

Tenía que estar allí, en un lugar que no es mio pero que deseo y aborrezco...


Erwin Blumenfeld
Desnudo entre nieve artificial
New York, 1941

miércoles, mayo 16, 2007

Slave to love

La sensualidad en cada acto, en la voz, los movimientos, la sutilidad. Una brisa de caricias que no llegan a rozarte, una cadencia inolvidable.

La complicidad, divino tesoro, tan dificil de alcanzar...

La magia de los instantes, una explosión de espontaneidad, de frescura...

El vacio trás la batalla del amor en una bonita noche, las sábanas revueltas y vacías, los aromas que ya se desvanecen...

y...

buenas noches





Nueve Semanas y Media


Tell her I'll be waiting
In the usual place
With the tired and weary
And there's no escape

To need a woman
You've got to know
How the strong get weak
And the rich get poor

Slave to love
Slave to love

You're running with me
Don't touch the ground
We're restless hearted
Not the chained and bound

The sky is burning
A sea of flame
Though your world is changing
I will be the same

Slave to love
Slave to love
Slave to love
Slave to love

No-I can't escape
I'm a slave to love

The storm is breaking
Or so it seems
We're too young to reason
Too grown up to dream

Now spring is turning
Your face to mine
I can hear your laughter
I can see your smile

Slave to love
Slave to love
Slave to love
Slave to love

No-I can't escape
I'm a slave to love

Dile que la estaré esperando
en el lugar de siempre
con el cansancio y cansado
y no hay escapatoria

Al necesitar una mujer
tienes que saber
como el fuerte se hace débil
y el rico se hace pobre

Esclavo del amor
Esclavo del amor

Estas corriendo conmigo
No toques el suelo
Estamos agitándonos
Sin cadenas ni ataduras

El cielo se quema
En un mar de llamas
Aunque tu mundo cambie
yo seré el mismo

Esclavo del amor
Esclavo del amor
Esclavo del amor
Esclavo del amor

No, no puedo escapar
Soy un esclavo del amor

La tormenta se rompe
o lo parece
Somos tan jóvenes para decidir
crecer y para soñar

La primavera se da
vuelta hacia mi ahora
Puedo escucharte reír
Puedo verte sonreír

Esclavo del amor
Esclavo del amor
Esclavo del amor
Esclavo del amor

No, no puedo escapar
Soy un esclavo del amor






Y el hilo inevitable de las cosas invisibles que nos llevan de un punto a otro sin ser apenas distantes.

Basada en una novela de Pascal Bruckner titulada "Lunes de Fiel", dirigida, producida y escrita por Roman Polanski, Lunas de hiel es una historia tétrica y tortuosa de amor, sexo, destrucción y naufragios. Emmanuel Seigner con un potentísimo erotismo y Peter Coyote con una magistral actuación nos muestran el lado oscuro del deseo en una inquietante atmósfera entre París (siempre París...) y un crucero hacia la India.

“Eres el oyente que estaba esperando”


Con esta frase Hugh Grant comienza a enterarse de la historia de la pareja y se encamina hacia un deseo irresistible por Emmanuelle que no pasa desapercibido a su esposa, una suave y dulce muñequita de porcelana Kristin Scott Thomas que avisará a su marido:

“Ten cuidado, puedo superarte en todo”

y así será:




Lunas de Hiel

martes, mayo 15, 2007

: )




Es fácil entenderse con los vivos si prestamos un poquito de atención a sus gustos y necesidades.

lunes, mayo 14, 2007

Querida Luna:


Juan Bautista Nieto
Preludio de un beso


(no es una fotografía)

La Luna, el Mar y ...

... la música, es todo cuanto necesito (¿seguro?)











domingo, mayo 13, 2007

Domingo


"A mi querido protector D. Antonio García,

affmo. Sorolla"



Joaquín Sorolla
Bacante en reposo
Óleo sobre lienzo, 29 x 67 cm
Donación, en 1919, de los herederos de D. Antonio García y Peris de Valencia
Museo de Bellas Artes, C/ San Pío V, nº 9, Valencia

sábado, mayo 12, 2007

¿Un café?

Las Aventuras Africanas de Giuseppe Bergman

MANARA




Parte 1ª - Entrega 12



viernes, mayo 11, 2007

¿Sueño o pesadilla?



He tenido un sueño, un sueño político, ¡con la alergia que me producen los políticos!

Soñaba que estaba en el supermercado pasando la compra y hablando con la cajera cuando, de pronto, entraba Gallardón, con vaqueros rotos, sin corbata, descamisado y con un piercing en la ceja, rodeado de gentuza, ya sabes, de su gente y de cámaras y esos medios tan a su disposición. Se dirigía hacia nosotras a darnos la mano y yo pensé: ¡esta es la mía!, así que le di la mano y agarré la suya para no dejar que soltara la mía y comencé un discurso referente al salario mínimo, le hice prometer que aportaría un granito de arena a la causa, le dije también que nos importaba un pimiento si ya se podía casar con otro hombre como él, que podía cambiarse de sexo y que seguiría importándonos un pimiento. Solté su mano y me subí al mostrador de la cajera y lancé una pregunta a la gente que estaba comprando: ¿Quién de aquí gana mil euros o algo más? Nadie levantó la mano, entonces cambié la pregunta: ¿quién de aquí no llega a un salario de 1.000 euros? Y todos levantamos la mano, a continuación le dije: “Ya puedes irte y déjanos seguir comprando que nos tapas el sol”.

Uhm..... no sé si contárselo a mi doctora...

You're coming along



La primera cinta de cassette original que me compré fue “Crime of the century” de Supertramp, uno de sus mejores discos, han pasado 33 años desde su edición y sigo dándole un 10. Yo era una cría y necesité la paga de varias semanas para comprarlo. Lo hice a escondidas, sabía que a mi madre le parecería un derroche y así fue. Cuando me vio leyendo y releyendo la carátula le di pena y me hizo devolverla. A la semana siguiente mi hermano el mayor la grabó para mi en casa de un amigo con carátula fotocopiada en blanco y negro.

Entonces no teníamos Internet, ni ordenadores. Algo tan vital, tan necesario e imprescindible como la música, sigue sin estar al alcance de todos.

Cuando Chad Hurley y Steve Chan imaginaron, soñaron y crearon el youtube, hace menos de dos años, no creo que llegasen a pensar realmente el impacto tan suculento que iba a tener. Más de 30.000 videos nuevos al día, 10.000.000 de visitas al mes y unos 30.000.000 de videos servidos por día, ¿alguien da más?. Mil gracias a Chad y a Steve por el invento.

Últimamente vemos peligrar este juguete tan adictivo. Todos los blogs tienen algún enlace al youtube. Los videos musicales, actuaciones en directo, entrevistas milenarias a grandes nombres, fragmentos de películas, óperas, conciertos, etc... nos sirven de soporte como ilustración de nuestros textos, ocurrencias o estados de ánimo. Continuamente he de estar revisando los enlaces musicales que tengo en este arcón de retazos. Todos llevamos un coleccionista dentro, el blog me sirve como baúl para guardar aquellas cosas que deseo coleccionar y que muchas se perdieron en mudanzas, repartos o formateos de ordenadores. Relatos propios, canciones, cuadros, películas, series, imágenes, retoques fotográficos, pensamientos, novelas y poemas, chistes y sonrisas, animaciones, diseños... todo almacenado en un espacio que, esta vez, espero sea seguro. ¿Os habéis parado a pensar cuantos escritos, fotos, trabajos ... se han perdido con un formateo?, si, seguro que si.

Durante los últimos días, semanas ya, hay muchos momentos en que falla el youtube y entonces me entristezco pensando en que tiene los días contados. Me siento como una niña a la que se le ha estropeado la televisión. La SGA tiene miedo de ganar menos de las hasta ahora indecentes ganancias acostumbradas. Realmente, el youtube no es un lugar de descarga sino una especie de canal donde tú eliges qué escuchar o ver en cada momento, y si te gusta te lo compras, para ellos yo lo veo como un medio de publicidad increíble que, encima, les resulta gratuito y para mi un juguete imprescindible.

Afortunadamente ya no es un monopolio y hay más espacios de videos. Los monopolios no son buenos, ya sabes, hay más mundos pero están en éste. Sólo hay que encontrarlos y, para ello, hay que buscarlos y si no existen se crean.



Pero... volvamos al comienzo:




… Esa armónica, ese quejido del viento, esa voz tan característica, la guitarra, esa entrada de la batería que asoma en un ritmo ya arrastrado, de lejos.
El piano, las letras: una obra de arte.

La música es el cielo que buscamos.







Puedo verte en la mañana cuando vas a la escuela.
No olvides los libros, sabes que tienes que aprender la regla dorada.
Los maestros te dicen que pares de jugar y te pongas a trabajar
y sé igual que Johnnie –muy- bueno
Tú no sabes que él a veces lo evita
- ¡él viene!

Después del colegio estas jugando en el parque
no te quedes mucho tiempo, no dejes que se ponga muy oscuro.
Ellos te dicen que no te cuelgues por ahí y aprendas
lo que es la vida y crece como ellos,
no dejes que se eche a perder
y estas lleno de dudas

No hagas esto y no hagas eso
¿Qué están intentando hacer?
- Hacer un buen chico de ti
¿Saben ellos dónde está?
No critiques, ellos son viejos y sabios
Haz lo que te digan
No quiera el diablo salir y ponerse tus ojos

Quizás esté errado esperando que pelees
o quizás esté solo loco, no reconozco lo malo de lo bueno
pero mientras estoy viviendo, solo tengo esto que decir
siempre estará libre para ti si quieres ser eso
quieres ver eso?
quieres verlo así?

- ahí venís!

jueves, mayo 10, 2007

Maggie, Maggie.... me siento tan... Maggie



– ¿Te paras a pensar en la muerte?

– Pues si, o sea... soy médico, O'Connell claro que pienso en la muerte.

– Pero en este caso yo.. nada, esa... esa chispa de conciencia humana apagada repentinamente, ya no existes, ya no hay nada, muerto.

– Si, lo hago, claro que pienso en ello de vez en cuando.

– Oh, seguro que si.

– Qué, ¿qué quieres decir con eso?

– Mirate a ti mismo pantalones planchados, corbata, apuesto a que te cepillas los dientes con perborato

– Y, ¿qué?

– ¡Esa no es la forma de actuar de una persona que dedica algún tiempo a pensar en la muerte!








¡Si!

[voz en off: Me siento tan Maggie...]

miércoles, mayo 09, 2007

Absolution












MUSE - FALLING AWAY WITH YOU (ABSOLUTION) - 2003

No puedo recordar cuando fue bueno.
Momentos de felicidad en flor.
Tal vez solo malinterpreté
todo el amor que dejamos atrás
mirando nuestros flash backs entrelazarse.

Memorias que nunca voy a encontrar.
A pesar de lo que sea en que te convertiste,
olvida esta imprudente cosa que se puso en marcha.
Pienso que nuestras vidas acaban de comenzar.
Pienso que nuestras vidas acaban de comenzar.

Y voy a sentir que mi mundo se está desmoronando
siento que mi vida se esta desmoronando ahora,
siento que mi alma se esta desmoronando lejos.
Cayendo.
Cayendo contigo.

Quedándome despierto para cazar un sueño,
probando el aire en el que estás respirando.
Espero no olvidar una cosa,
deseo abrazarte y rezar.
Mirando nuestras fantasías decaer.
Nada volverá a ser lo mismo
y todo el amor que desperdiciamos
y todas las esperanzas que hemos abrigado se acaban.
Cometiendo los mismos errores de nuevo.
Cometiendo los mismos errores de nuevo.

Y voy a sentir que mi mundo se está desmoronando
siento que mi vida se esta desmoronando ahora,
siento que mi alma se esta desmoronando lejos.
Y cayendo.
Cayendo contigo.


todo el amor que dejamos atrás
mirando nuestros recuerdos entrelazarse.
Memorias que nunca voy a encontrar.
Memorias que nunca voy a encontrar

Tócame como a ella...

Escúchala, escúchame, he conocido los celos por su culpa, jamás pensé que volvería a sentir un latigazo en mi columna vertebral y una sierra en el estómago, una patada ventricular y un océano inundando mi garganta y...

oye, tócame como a ella...

Hazlo, por favor. No conoces todavía mis claves ni mis sonidos, tócame como la tocas a ella, inténtalo..

Quiero sonar como ella, crujir rasgada, arañar, ronronear, ...

Quiero ser dulce como ella cuando la acaricias, salvaje y libre cuando te fundes, hablar su mismo idioma y dar sentido a tus movimientos, ser cuerdas y crujidos entre tus dedos y arpegios, y placer y desgarro de tu alma; contra tu espalda, pecho contra espalda.

Tócame como a ella, desde atrás, tu pecho en mi espalda, volcado en el abrazo... como a ella

martes, mayo 08, 2007

Mis Relatos Semanales




EL RINCÓN DE SHEREZADE - Los Cuentos de las Mil y Una palabras XXXII - "El tahúr"







Jack Vettriano
Dancer for money
Óleo sobre lienzo




"Dualidad" [Relato ganador]



Había vivido toda su vida como un reptil, húmedo, nauseabundo, huidizo y mutante. Tenía un defecto en su cerebro y nunca dejaba de pensar, de imaginar situaciones y necesitaba vivir todo aquello que aparecía en sus pensamientos por morboso y terrible que fuera. Decenas de cadáveres a sus espaldas, normalmente atribuidos a accidentes o crueldades casuales y vario pintas del destino.

Ya nada le entretenía ni divertía, lo había probado todo y había vuelto a sus comienzos, a los atropellamientos de aquellos seres que provocaban a su propio destino paseando bajo el bordillo de la acera o cruzaban corriendo un semáforo en rojo con esa sensación de libertad transgresora y adolescente que J. no les iba a perdonar.

Hijo único, heredero de un imperio inmobiliario, propiedades repartidas por todos los Estados del País, y en cada uno varias identidades, varias personalidades y estilos, distintas formas de juego, no podía permitirse caer tan bajo, sus instintos se revolvían hacía los estratos más bajos, como un principiante que no ha conocido todavía el refinamiento de la crueldad y J. se encontraba recorriendo los lugares más nauseabundos y arrollando con uno de sus automóviles todos los cartones amontonados que mantenían el calor de un puñado de vagabundos de esos que duermen en carreteras muertas... debajo de algún puente... y a sus perros.

Su mente se disparó rápida mientras, a la mañana siguiente, desayunaba sus croissanes favoritos servidos con cariño por su camarera favorita en un bonito café acristalado, en una zona alta de la ciudad, que daba los buenos días al despertar del resto de humanos. J. siempre se adelantaba, cuando los demás despertaban él ya había leído la prensa, su desayuno ya estaba digerido, no era difícil ser el primero que respondiera a aquél anuncio:

“Jugadora busca Jugador, hasta que la muerte nos separe.”



Jack Vettriano
Her Secret life II
Óleo sobre lienzo



Miró su reloj: 07:30 a.m. y ya lo había leído ciento veinticuatro veces y comenzaba a repetírselo en silencio y en su mente, para sí mismo. Incluso sonreía imaginándose lo cruel que podría llegar a ser con aquella inocente mujer que jugaba a jugar, tanto llegó a sonreír que sintió, por primera vez en su vida, una extraña sensación de repulsión que le agradaba, sintió ternura.

Paseaba la ciudad en coche y despacio, esta vez guiado por su chófer, le resultaba placentero ser un bulto más en aquellos atascos de la mañana sin tener prisa por llegar a ningún lugar y ocultarse tras los cristales oscuros, ver sin ser visto, asesinar a la vista de todos sin ser visto...

Marcó el número de teléfono del anuncio, sonó una voz impersonal de una locución standard que avisaba del comienzo de la grabación del mensaje; él no dijo nada, estuvo unos segundos intentando aspirar algo y colgó. No contaba con una No respuesta, esto le cabreó mucho, ordenó parar el coche, bajó y se fue caminando hacia el centro, al Barrio Rojo y se llevó a unas cuantas chicas a sus mazmorras donde permaneció encerrado dos días enteros y sus noches follándose el último halo de vida de aquellas desgraciadas. Al tercer día leyó la prensa atrasada y se encontró con respuesta para él:

“Jugadora busca Jugador que no la despierte antes de las 08:00 a.m.”

Y así fueron metiéndose en un juego de niños entre mensaje en el buzón de voz y la siguiente pista en el periódico. Ella le pidió tres cabezas y él le entregó tres docenas en un arcón relleno de rosas, también congeladas y sin espinas. J. no tardó mucho en dar con ella, su musa. La primera vez fue desde los cristales oscuros del coche, la pudo ver tranquilamente, sin ser visto, sonriéndole, sin ser visto. Le gustaba aquella mujer, mucho. Bella, alta, flaca y espigada, con un brillo especial que la dotaba de alas, orgullosa, una diosa.


Jack Vettriano
Dressing to kill
Óleo sobre lienzo


Tenía que ocurrir, tarde o temprano tenían que conocerse. Ella no quería, se negaba en rotundo. Pero ocurrió, ella vagaba de vuelta a casa, comenzaba a tambalearse, iba vestida con un abrigo con cuello de piel y cinturón, medias de rejilla y tacón alto, te gustaba pensar que no llevaba nada más bajo el abrigo, apenas un collar y nada más. Se detuvo, lo justo para un pensamiento y continuó caminando, esta vez más firme, como si aquél pensamiento le hubiera otorgado fuerza y energía para deleitarse, incluso, en el paseo, y encendió un cigarrillo. J. baja del coche, más abajo de la calle por donde ella camina, le da la espalda, ella lo mira por primera vez, de espaldas, y se dirige hacia él, deleitándose en el paseo. En el bolsillo del abrigo llevabas una pequeña pero certera pistola que podrías llegar a necesitar, tu musa era una diosa... Sus pasos se acercaban a tu espalda y se detuvo.

- ¡La has cagado!, ¡Ahora tendré que matarte!

- Dime, ¿quieres que me dé la vuelta?, no es necesario que me mates, todavía... podría irme, caminando, hacia delante. No me conoces, todavía. ¿Quieres?, Dime, qué deseas que haga para ti...

Lanza el cigarrillo hacia delante, rebota y rueda hacia el pie de J. que acaba aspirando el humo que le llega y desea cogerlo y guardarlo como una reliquia. Se agacha y, sin levantarse, da una calada sobre las huellas del carmín de su boca perfecta y anhelada y ella le cubre la cara con las medias que se ha quitado y lo besa cerrando los ojos para no verle nunca el rostro y le pide que se vaya.

- Gracias, dime tu nombre

- No

Apenas da dos pasos y se da la vuelta, la curiosidad ha podido a J.

- Te lo dije, tendré que matarte

En ese momento J. descubre una daga en la liga de su diosa, en su muslo de gacela, y desea que la use.

Y, en una noche ya alta, en un único crujido, se funde el sonido de una pequeña y no tan certera pistola y una daga que se incrusta entre ceja y ceja, como debe ser, rápida y eficiente, que otorgue un único instante que te dé fuerza y energía para tener un bello y último pensamiento:

- Nena, ¡me gustas!


[ecumedesjours]



Jack Vettriano
The temptress
Óleo sobre lienzo

lunes, mayo 07, 2007

Die Zauberflöte - Acto II, Escena 2

La Flauta Mágica

Mozart



Overtura

Acto I - Escena 1
parte 1ª
parte 2ª
parte 3ª
parte 4ª


Acto I - Escena 2
Acto I - Escena 3
Acto II - Escena 1
Acto II - Escena 2
Acto II - Escena 3
Acto II - Escena 4
Acto II - Escena 5
Acto II - Escena 6
Acto II - Escena 7
Acto II - Escena 8
Acto II - Escena 9
Acto II - Escena 10






ACTO II - ESCENA 2



Szene 2

(Nacht.
Tamino und Papageno werden
vom Sprecher lösen ihnen die Säcke
ab und entfernen sich damit.)


TAMINO
Eine schreckliche Nacht!...
Papageno, bist du noch bei mir?

PAPAGENO
Ja, freilich!

TAMINO
Wo denkst du,
daß wir uns nun befinden?

PAPAGENO
Wo? Ja, wenn's nicht so finster wär,
wollt' ich dir das schon sagen,
aber so... Oh!

(Donnerschlag.)

O weh!

TAMINO
Was ist's?

PAPAGENO
Mir wird nicht wohl bei der Sache!

TAMINO
Pfui, Papageno! Sei ein Mann!

PAPAGENO
Furcht eben nicht,
eiskalt läuft's
mit über den Rücken.

(Ein sehr starker Donnerschlag.)

O Weh!

(Der Sprecher und der Zweite
Priester erscheinen mit Fackeln.)

ERSTER PRIESTER
Ihr Fremdlinge,
Was treibt euch an,
in unsere Mauern zu dringen?

TAMINO
Freundschaft und Liebe.

ERSTER PRIESTER
Bist du bereit, sie mit deinem
Leben zu erkämpfen?


Escena 2

(Noche.
Tamino y Papageno son
introducidos por tres
sacerdotes que les
quitan los sacos)

TAMINO
¡Qué noche tan horrible!
Papageno, ¿sigues a mi lado?

PAPAGENO
¡Claro que sí!

TAMINO
¿Dónde piensas
que nos encontramos?

PAPAGENO
¿Dónde? Si no estuviera oscuro,
te lo diría ahora mismo,
pero así...¡Oh!

(un trueno)

¡Ay de mí!

TAMINO
¿Qué pasa?

PAPAGENO
¡Esto no me gusta nada!

TAMINO
Por lo que veo, tienes miedo.

PAPAGENO
No es miedo exactamente,
sino un escalofrío
que me recorre la espalda.

(un fuerte trueno)

¡Ay de mí!

(Entran los sacerdotes con
antorchas.)

PRIMER SACERDOTE
Extranjeros,
¿qué es lo que os mueve
a penetrar en nuestros muros?

TAMINO
La amistad y el amor.

PRIMER SACERDOTE
¿Estás preparado a luchar
por conquistarlos con tu vida?



TAMINO
Ja!

ERSTER PRIESTER
Du unterziehst dich jeder
Prüfung dich?

TAMINO
Jeder!

ERSTER PRIESTER
Reiche deine Hand mir!

(Sie reichen sich die Hände)

So!

ZWEITER PRIESTER
Papageno
Willst auch du dir
Weisheitsliebe erkämpfen?


PAPAGENO
Kämpfen ist meine Sache nicht.
Ich verlange auch
im Grunde gar keine Weisheit.
Ich bin so ein Naturmensch,
der sich mit Schlaf,
Speise und Trank begnügt,
Und wenn es ja sein könnte,
daß ich mir einmal ein schönes
Weibchen fange...

ZWEITER PRIESTER
Die wirst du nie erhalten,
wenn du dich nicht unseren
Prüfungen unterziehst.

PAPAGENO
Worin besteht diese Prüfung?


ZWEITER PRIESTER
Dich allen unseren
Gesetzen zu unterwerfen,
selbst den Tod nicht zu scheuen.


PAPAGENO
Ich bleibe ledig!

ZWEITER PRIESTER
Wenn nun aber Sarastro dir ein
Mädchen aufbewahrt hätte,
das an Farbe und Kleidung
dir ganz gleich wäre?


PAPAGENO
Mir gleich? Mir gleich?
Ist sie jung?

ZWEITER PRIESTER
Jung und schön!

PAPAGENO
Und heißt?

ZWEITER PRIESTER
Papagena.

PAPAGENO
Wie? Papa...

ZWEITER PRIESTER
Papagena.

PAPAGENO
Papagena?... Haha,
die möcht ich
aus bloßer Neugierde sehen.

ZWEITER PRIESTER
Sehen kannst du sie!

PAPAGENO
Aber wenn ich sie gesehen habe,
muß ich sterben?
Ich bleibe ledig!

ZWEITER PRIESTER
Sehen kannst du sie,
aber wirst du
so viel Standhaftigkeit besitzen,
kein Wort mit ihr sprechen?


PAPAGENO
O ja!

ZWEITER PRIESTER
Deine Hand! Su sollst sie sehen.

ERSTER PRIESTER
(zu Tamino)
Auch dir, Prinz,
legen die Götter
Stillschweigen auf;
Du wirst Pamina sehen,
aber nie sie sprechen dürfen!
dies ist der Anfang
eurer Prüfungszeit.


TAMINO
Sí.

PRIMER SACERDOTE
¿Te someterás
a cada una de las pruebas?

TAMINO
¡A cada una de ellas!

PRIMER SACERDOTE
¡Dame tu mano!

(Se estrechan las manos.)

¡Así!

SEGUNDO SACERDOTE
Y tú, Papageno,
¿quieres también luchar por
conquistar el amor
y la sabiduría?

PAPAGENO
Luchar no es lo mío.
Y, en el fondo,
tampoco deseo la sabiduría.
Yo soy un hombre primitivo,
que se contenta con el sueño,
la comida y la bebida;
y si pudiera ser que
alguna vez cazase a
una bella mujercita...

SEGUNDO SACERDOTE
Si no te sometes
a nuestras pruebas,
nunca la obtendrás.

PAPAGENO
¿Y en qué consiste la prueba?

SEGUNDO SACERDOTE
En someterte a todas nuestras
leyes y en no temer
ni siquiera la muerte.

PAPAGENO
¡Seguiré soltero!

SEGUNDO SACERDOTE
¿Y si Sarastro
te hubiera reservado
una muchacha
que fuese igual que tú
en el color y en el vestido?

PAPAGENO
¡Igual que yo! ¿Igual que yo?
¿Es joven?

SEGUNDO SACERDOTE
¡Joven y bella!

PAPAGENO
¿Y cómo se llama?

SEGUNDO SACERDOTE
Papagena.

PAPAGENO
¿Cómo? ¿Pa ... ?

SEGUNDO SACERDOTE
Papagena.

PAPAGENO
¿Papagena?... Ja, ja
Me gustaría verla,
por pura curiosidad.

SEGUNDO SACERDOTE
¡Podrás verla!

PAPAGENO
¿Y he de morir,
una vez que la haya visto?
¡Seguiré soltero!


SEGUNDO SACERDOTE
Podrás verla.
¿Pero tendrás suficiente
fortaleza como para no cruzar
con ella ni una sola palabra?

PAPAGENO
¡Oh, sí!

SEGUNDO SACERDOTE
¡Tu mano! La verás.

PRIMER SACERDOTE
(a Tamino)
También a ti, príncipe,
te imponen silencio
los dioses.
¡Verás a Pamina,
pero no te estará permitido
hablar con ella!
Éste es el inicio
de vuestro tiempo de prueba.


11. Duett

BEIDE PRIESTER
Bewahret euch vor Weibertücken
Dies ist des Bundes erste Pflicht.
Manch weiser Mann
ließ sich berücken,
Er fehlte
und versah sich's nicht.
Verlassen sah er sich am Ende,
Vergolten seine Treu' mit Hohn.
Vergebens rang er seine Hände,
Tod und Verzweiflung
war sein Lohn.

(Beide Priester ab)

PAPAGENO
He, Lichter her! Lichter her!
Das ist doch wunderlich,
so oft einen die Herren
verlassen, sieht man
mit offenen Augen nichts mehr!


TAMINO
Ertrag es mit Geduld,
und denke,
es ist der Götter Wille.

(Die Drei Damen kommen aus der
Versenkung.)

11 Dúo

SEGUNDO, TERCER SACERDOTE
Cuidaos de las insidias femeninas:
¡es el primer deber de la alianza!
Hombres sabios se han trastornado,
han cometido faltas
y no se han dado cuenta.
¡Al final se vieron abandonados,
y su fidelidad pagada con burlas!
Inútilmente se retorcieron
las manos, la muerte
y la desesperación
fueron su recompensa.



(Los tres sacerdotes salen.)

PAPAGENO
¡Eh, traed luces! ¡Traed luces!
Realmente es asombroso:
cada vez que esos señores nos dejan,
¡no se ve nada, aunque se tengan
abiertos los ojos!

TAMINO
Sopórtalo con paciencia
y piensa que es la voluntad
de los dioses.

(Las tres damas surgen de repente
del suelo.)




12. Quintett

DIE DREI DAMEN
Wie, wie, wie?
Ihr an diesem Schreckensort?
Nie, nie, nie
Kommt ihr wieder glücklich fort!
Tamino, dir ist Tod geschworen!
Du, Papageno, bist verloren!

PAPAGENO
Nein, nein, das wär' zu viel.

TAMINO
Papageno, schweige still!
Willst du dein Gelübde brechen,
Nicht mit Weibern hier zu sprechen?

PAPAGENO
Du hörst ja, wir sind beide hin.


TAMINO
Stille, sag ich,
schweige still!

PAPAGENO
Immer still,
und immer still!

DIE DREI DAMEN
Ganz nah' ist euch die Königin!
Sie drang im Tempel
heimlich ein.


PAPAGENO
Wie? Was? Sie soll im Tempel sein?

TAMINO
Stille, sag' ich, schweige still!
Wirst du immer so vermessen
Deiner Eidespflicht vergessen?



DIE DREI DAMEN
Tamino, hör'! Du bist verloren!
Gedenke an die Königin!
Man zischelt viel sich
in die Ohren
Von dieser Priester falschem Sinn.

TAMINO
(für sich)
Ein Weiser prüft und achtet nicht,
Was der gemeine Pöbel spricht.

DIE DREI DAMEN
Man sagt,
ihrem Bunde schwört,
Der fährt zur Höll'
mit Haut und Haar.


PAPAGENO
Das wär', beim Teufel,
unerhört!
Sag' an, Tamino, ist das wahr?

TAMINO
Geschwätz,
von Weibern nachgesagt,
Von Heuchlern aber ausgedacht.

PAPAGENO
Doch sagt es auch die Königin.

TAMINO
Sie ist ein Weib, hat Weibersinn.
Sei still,
mein Wort sei dir genug:
Denk' deiner Pflicht
und handle klug.

DIE DREI DAMEN
(zu Tamino)
Warum bist du
mit uns so spröde?


(Tamino deutet bescheiden, daß er
nicht sprechen darf.)

Auch Papageno schweigt...
so rede!

PAPAGENO
(heimlich zu den drei Damen)
Ich möchte gerne... woll...

TAMINO
Still!

PAPAGENO
Ihr seht, daß ich nicht soll...

TAMINO
Still!

PAPAGENO
Daß ich kann das Plaudern lassen,
Ist wahrlich eine Schand' für mich!

TAMINO
Daß du nicht kannst
das Plaudern lassen,
Ist wahrlich eine Schand' für dich!

DIE DREI DAMEN
Wir müssen sie mit Scham verlassen,
Es plaudert keiner sicherlich.


TAMINO, PAPAGENO
Sie müssen uns mit Scham verlassen,
Es plaudert keiner sicherlich.


ALLE
Von festem Geiste ist ein Mann,
Er denket, was er sprechen kann.

PRIESTER
(von innen)
Entweiht ist
die heilige Schwelle!
Hinab mit den Weibern
zur Hölle!

DIE DREI DAMEN
O weh! O weh! O weh!

(Sie stürzen in die Versenkung.)

PAPAGENO
O weh, o weh, o weh!

(fällt vor Schrecken zu Boden.
(Der Sprecher und Priester treten
mit Fackelnb ein.)

ERSTER PRIESTER
Jüngling!
Dein standhaft männliches
Betragen hat gesiegt.
Aber du hast noch mach rauhen
und gefährlichen Weg zu wandern!

(Er gibt ihm den Sack um.)

So! Nun komm!

(Er geht mit Tamino ab.)

ZWEITER PRIESTER
Stehe auf, Papageno!

PAPAGENO
Ich lieg' in einer Ohnmacht!

ZWEITER PRIESTER
Auf! Sei ein Mann!

PAPAGENO
Aber wenn mir die Götter
eine Papagena bestimmten,
warum muß ich sie denn
mit so viel Gefahren erringen?



ZWEITER PRIESTER
Komm! Ich fúhre dich weiter!

(Legt Papageno den Sack um und
geht mit ihm ab)

12 Quinteto

LAS TRES DAMAS
¿Cómo? ¿Cómo? ¿Cómo?
¿Vosotros en este lugar de espanto?
¡Nunca, nunca, nunca
saldréis felizmente de él!
¡Tamino, tu muerte es segura!
¡Papageno, estás perdido!


PAPAGENO
¡No, no, no! ¡Sería demasiado!

TAMINO
Papageno, ¡cállate!
¿Es que vas a quebrantar tu voto
de no hablar aquí con mujeres?

PAPAGENO
Ya lo has oído, estamos perdidos.

TAMINO
¡Silencio, te digo!
¡Cállate!

PAPAGENO
¡Siempre silencio
y siempre silencio!

LAS TRES DAMAS
¡Muy cerca de aquí está la reina!
Ha entrado furtivamente
en el templo.

PAPAGENO
¿Cómo? ¿Qué? ¿Está en el templo?

TAMINO
¡Silencio, te digo! ¡Cállate!
¿Es que eres siempre tan atrevido,
que olvidas el deber del juramento?

LAS TRES DAMAS
¡Tamino, escucha!
¡Estás perdido!
¡Piensa en la reina!
Se murmura mucho
de la falsedad de estos sacerdotes.

TAMINO
(para sí)
Un sabio examina y no hace caso
de lo que dice la plebe vulgar.


LAS TRES DAMAS
Se dice,
que quien se liga con ellos
por juramento,
va al infierno en cuerpo y alma.

PAPAGENO
Por el diablo,
¡eso sería inaudito!
Dime, Tamino, ¿es verdad eso?

TAMINO
Pura palabrería,
repetida por mujeres,
pero predicada por los hipócritas.

PAPAGENO
Pero también la Reina lo dice.

TAMINO
Es una mujer
y actúa como mujer.
Tranquilo, te basta con mi palabra,
piensa en tu deber
y obra sabiamente.

LAS TRES DAMAS
(a Tamino)
¿Por qué te muestras tan esquivo
con nosotras?

(Tamino indica por señas que no le
está permitido hablar.)

También Papageno calla...
¡habla, pues!

PAPAGENO
(furtivamente, a las tres damas)
Me gustaría... quisiera...

TAMINO
¡Silencio!

PAPAGENO
Ya veis que no debo...

TAMINO
¡Silencio!

PAPAGENO
¡Que yo no pueda dejar de parlotear,
es realmente una vergüenza para mí!

TAMINO
¡Que tú no puedas
dejar de parlotear,
es realmente una vergüenza para ti!

LAS TRES DAMAS
Hemos de dejarlos con vergüenza,
es seguro que ninguno parloteará

TAMINO, PAPAGENO
Han de dejarnos con vergüenza,
es seguro que ninguno parloteará.

TODOS
Un espíritu firme tiene el hombre
que piensa lo que puede decir.


LOS SACERDOTES
(desde dentro)
¡El sagrado umbral
ha sido profanado!
¡Que se hundan en el infierno
esas mujeres!

LAS TRES DAMAS
¡Ay de mí! ¡Ay de mí!

(Las damas se hunden en el suelo)

PAPAGENO
¡Ay de mí!

(Cae al suelo. Aparecen con
antorchas el primer y el segundo
sacerdote)

PRIMER SACERDOTE
Tamino, tu firme y varonil
Comportamiento ha vencido.
¡Pero aún habrás de recorrer
varios caminos
ásperos y peligrosos!



(le pone el saco a Tamino)

¡Ven, pues!

(sale con Tamino)

SEGUNDO SACERDOTE
¡Levántate, Papageno!

PAPAGENO
¡Estoy desmayado!

SEGUNDO SACERDOTE
¡Levántate! ¡Sé un hombre!

PAPAGENO
Pero si los dioses
me han destinado una Papagena,
¿por qué tengo que conquistarla
con tantos peligros?

SEGUNDO SACERDOTE
¡Ven! ¡Seguiré guiándote!

(pone el saco a Papageno
y sale con él)