La herida

A simple vista la herida se va cerrando sin dejar huella, como una cremallera delicada en manos de una costurera de sedas multicolores.
Tú podrás abrirla de nuevo, cerrarla del todo o acabar desgarrándola con tu poca humanidad y cinismo. Si la dejas a medias será un foco de infección y contagios... hacia un final purulento... irremediable.
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