jueves, marzo 29, 2007

No le veo la gracia




Y es que no la tiene.

¿Quién no toma un café en el bar?, el precio de este estimulante fue el indicativo que nos sirvió para alarmarnos cuando el euro se implantó en nuestros bolsillos hace ya más de cinco años.

En aquellos tiempos un café costaba entre 75 y 100 pesetas, osea entre 0,45 y 0,60 euros. De la noche a la mañana pasó a costar 1 euro, osea 166 pesetas, el redondeo fue bestial y hoy en día un café vale más de 1 euro, 1,50 me cuesta a mi en una cafetería normal... El presidente nos muestra que vive en los mundos de Yupi y que no paga sus consumiciones, se las pagamos nosotros. Y es que este hombre no deja de hacer el ridículo... y demostrar, una vez más, el desconocimiento total y patético de cualquier político, sea cuál sea su programa, que llega al poder y nos deshonran como representantes burlándose de nuestra realidad social.

No hay comentarios: