viernes, mayo 04, 2007

El amor en tiempos de dragones



- Entiendo que has rescatado doncellas por docenas -observó la reina, rozándole el brazo con los dedos. Una helada convulsión atravesó el cuerpo de Lanzarote, que abrió la boca asombrado al sentir un dolor hueco que le apretaba las costillas y le dificultaba la respiración-. ¿Cuantas rescataste?- dijo la reina al cabo de un momento.



- Claro que hubo algunas, señora -dijo él con la boca reseca -. Siempre las hay.

- ¿Y todas te hicieron el amor?

- De ningún modo señora. En eso tú me proteges.

Chivalry, Frank Dicksee

- ¿Yo?


- Si. Pues del momento en que, con la venia de mi señor, juré servirte para toda la vida y te consagré mi amor cortés de caballero, tu nombre me pone a cubierto de las doncellas.

- ¿Y deseas estar a cubierto?

- Si, mi señora, mi oficio es la guerra. No tengo tiempo ni inclinación para otra clase de amor.

Ginebra volvió a rozarle el brazo y, mirándole con el rabillo de sus ojos dorados, advirtió el espasmo que lo estremecía........

La reina se retiró de la charla y, más tarde Lanzarote dió las buenas noches a Arturo y se fue a sus aposentos en el castillo del Rey. Salió a tumbos de la habitación del amigo donde había aspirado a Ginebra, y bajó tanteando los curvos escalones junto a las ranuras de piedra.



Cuando llegó al próximo rellano, Ginebra salió calladamente de una entrada en penumbras. Pudo contemplarla a la brumosa luz de la tronera. Ella le tomó el brazo y lo condujo al oscuro aposento y cerró la puerta de roble.

- Algo extraño sucedió – dijo en voz baja la reina -. Cuando me fui, me pareció que me seguías. Estaba tan segura que ni siquiera me di vuelta para verificarlo. Estabas allí, detrás de mí. Y cuando llegué a mi puerta, te dije buenas noches, tan convencida estaba de que venías conmigo.

Él pudo ver su perfil en la oscuridad e inhalar el aroma que desprendía su piel.

- Mi señora –dijo-, cuando dejaste la habitación, me vi salir detrás de ti como si el que estaba sentado fuese otra persona.


Sus cuerpos se estrecharon como impulsados por un resorte.
Sus bocas se encontraron, devorándose con ansiedad. Cada frenética palpitación estalló contra las costillas buscando el cuerpo del otro hasta que se apartaron, sin aliento, y el aturdido Lanzarote buscó la puerta al tanteo y bajó torpemente las escaleras...

Y sollozaba con amargura....




And so at that tyme sir Lancelot had
the grettyste name of ony knyght of the worlde,
and moste he was honoured of hyghe and lowe.

EXPLICIT A NOBLE TALE OF
SIR LANCELOT DU LAKE



Y así en esos tiempos gozó Lanzarote
de mayor renombre que cualquier caballero del mundo,
y en gran honra lo tuvieron las gentes de todos los rangos.

FIN DE UNA NOBLE HISTORIA DE
LANZAROTE DEL LAGO





John Steinbeck

EEUU, 1902 - 1968

Los hechos del Rey Arturo y sus nobles caballeros,

publicado en 1976.

Según la obra de Sir Thomas Malory
y otras fuentes.

2 comentarios:

Zeze dijo...

Hola

Amor a la antigua...

Besos

una mujer dijo...

sencillamente amor