Uf.... qué calor...

Hace calor, mucho calor. Por cada calle que pasas hace un estar diferente; hay calles abiertas y confiadas en las que corre el aire y otras que quedan cerradas y se convierten en muros que paralizan las brisas y consiguen retener al viento y perderlo.

Hace mucho calor; dos policias en cada calle de entrada al barrio y otros dos en cada calle de salida, parapetados entre vallas, tambien consiguen estrangular la brisa. Un escenario aquí y otro allá que no distan mucho de la estridencia de cualquier bolo de verano en cualquier pueblo.

Dios mio, ¡qué calor hace en Chueca! La gente se empeña en hacinarse en plazas, el ruido estridente de los altavoces que vomitan el regurgitar de malos aficcionados ocupa el espacio que le correspondería al aire de la noche, los grandes vasos llamados "Minis" entre las manos de la gente y esparcidos por los suelos, pisoteados. Brisas con olores de basura y alcantarillas.

Mujeres que se empeñan en enseñarnos sus bragas más feas, hombres con tacones imposibles que se refugian en los soportales para tomar aliento y continuar la noche.

Y, de pronto... un milagro en el jardín, escasos metros de tierra del que surgen un par de magnolios en flor... Mil gracias querido, ardo en deseos de que despierte mi magnolia, su aroma me baña, cuando el capullo se abra estallará su aroma y lo inundará todo....



En Chueca hace un calor horroroso, asfixia y genera ansiedad, salgamos...