jueves, octubre 21, 2010



Cuando era niña veía el siglo veintiuno como el futuro. Y el futuro lo veíamos como una maravilla tecnológica que nos acercaba al bienestar, a facilitar la vida, el trabajo, curar las enfermedades, soñábamos con erradicar el hambre y la pobreza, con el amor libre, con vuelos intergalácticos y automóviles voladores. Y el futuro llegó, casi todos tenemos coches que no vuelan, que se amalgaman lentamente en las calles en las horas puntas, el hambre y la pobreza sigue avergonzándonos, el derroche de los gobiernos y de la sociedad está destrozando los medios sanitarios, sociales y formativos de un nivel más que aceptable que habíamos conseguido alcanzar, al menos, en algunos lugares. Recetamos el aborto pero no los anticonceptivos, los salarios y las prestaciones se reducen de forma alarmante, es imposible ahorrar, se nos exige perder derechos y esto es lo que no debemos consentir, no debemos retroceder ni un paso.

Me angustia reconocer que aquél futuro negro que también preveíamos es más cercano que el ideal con el que soñábamos...




1 comentario:

Diente de león タンポポ dijo...

Jejejeje, el 5º dibujo ya parece que va mejorando la especie ...