sábado, mayo 31, 2008
viernes, mayo 30, 2008
jueves, mayo 29, 2008
Mis Relatos Semanales
"Revolución"
Los rayos del sol apuntaban con fuerza, y caían intensos sobre el sucio asfalto de las calles levantando olores humanos que impregnaban con repulsión mis fosas nasales, y llegaban a penetrar mi garganta llevándome a la nausea y al vómito posterior. Acres, ácidos, orines y sudores me hacían sentir repulsión por la masa humana que caminaba detrás y delante de mi. Intentaba que aquella masa que avanzaba por la avenida no me rozara. Caminaba encogida con las manos en los bolsillos y mirando el suelo para no pisar más restos que aquellos humanos sin escrúpulos soltaban en cualquier lugar de la vía pública. No estaba previsto que el calor de un verano llegara en primavera, tampoco estaba previsto que yo me quedara sin trabajo, como ellos. ¿Crisis?, ¿qué crisis?, el país va bien, dijeron, la economía reflota, insistieron, el mundo es feliz y nosotros no existíamos para ellos. Caminábamos en la misma dirección hacía la oficina de desempleo y conforme me acercaba el olor era más profundo y nauseabundo. La cola era inmensa y mi estómago estaba demasiado vacío como para llegar a superar la extraña jornada que me esperaba.
Me desperté en un callejón oscuro desnuda, sucia y con el peso de dos cuerpos desplomados sobre mi; uno estaba muy frío y el otro balbuceaba sonidos lastimeros. El cuerpo frío estaba muerto y me puse su gabardina apestosa y ensangrentada. Había estallado una revolución y yo me había quedado fuera de todo. No había necesidad de llaves para entrar en mi casa vacía, los bancos se habían apoderado de mis pertenencias y mi gatita estaba escondida en un armario. Me abracé a ella y salí a la calle a mendigar para las dos, pero no había nada qué mendigar. Nos arrastramos por carreteras y caminos abandonados hasta que el roce de unas balas por mi cuerpo me tumbaron en la cuneta. El terror paraliza y más todavía cuando se desconocen los motivos y las procedencias. Y allí, inmóvil, estuve hasta que unos hombres volvieron a arrastrarme hacía unas trincheras donde me violaron uno tras otro. Yo no sentía nada, seguía teniendo el olor nauseabundo pegado en mis entrañas, el olor ajeno se había mezclado con el mío propio hasta que alguien debió sentir lástima por mi y me arrastró hasta su lecho. Esperaba más golpes cuando recibí caricias de una anciana que soltaba disparates y juramentos contra la maldad de los hombres. Y a sus cuidados me entregué y como madre la adopté y pasaron los días, las noches y los meses mientras en mi vientre se gestaba la vida de algún desgraciado como yo. La Revolución fue efímera y sofocada por un ejército de cascos azules que, avergonzados, quisieron esconder el horror y la miseria que había estallado ante el hambre de una sociedad educada como capitalista que se había quedado sin valores, sin orgullo, sin nada.
La humanidad quiso esconder el estallido y el transcurso de aquél conflicto que yo ya no podría borrar jamás. Y llegó el momento del parto y un dolor sacudía mis entrañas y yo no quería darle la vida a aquél pequeño sin culpa y me negué a su nacimiento. Cerré mis piernas conteniendo las contracciones de mi vientre, las crucé haciendo más fuerza que el dolor y sentía como aquella pequeña cabecita quería salir y no la dejé. Y así nos encontró la anciana que volvió a arrastrarme y nos enterró como pudo en una zanja que fue trinchera para convertirse en mi sepultura después de aquél conflicto. Y las semillas decidieron posarse en la tierra de mi polvo, y crecieron, y florecieron y me escondieron para siempre.
[ecumedesjours, Relato ganador]

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miércoles, mayo 28, 2008
viernes, mayo 23, 2008
Die zauberflöte - Acto II, escena 7
Overtura
Acto I - Escena 1
parte 1ª
parte 2ª
parte 3ª
parte 4ª
Acto I - Escena 2
Acto I - Escena 3
Acto II - Escena 1
Acto II - Escena 2
Acto II - Escena 3
Acto II - Escena 4
Acto II - Escena 5
Acto II - Escena 6
Acto II - Escena 7
Acto II - Escena 8
Acto II - Escena 9
Acto II - Escena 10
Szene 7 (einer kurzen Garten. Die Drei Knaben fahren herunter.) 21. Finale DIE DREI KNABEN Bald prangt, den Morgen zu verkünden, Die Sonn auf goldner Bahn. Bald soll der Aberglaube schwinden, Bald siegt der weise Mann. O holde Ruhe, steig' hernieder, Kehr' in der Menschen Herzen wieder; Dann ist die Erd' ein Himmelreich, Und Sterbliche den Göttern gleich. ERSTER KNABE Doch seht, Verzweiflung quält Paminen! ZWEITER, DRITTER KNABE Wo ist sie denn? ERSTER KNABE Sie ist von Sinnen! DIE DREI KNABEN Sie quält verschmähter Liebe Leiden. Laßt uns der Armen Trost bereiten! Fürwahr, ihr Schicksal geht uns nah! O wäre nur ihr Jüngling da! Sie kommt, laßt uns beiseite gehn, Damit wir, was sie mache, sehn. (Sie gehen beiseite. Pamina kommt, mit einem Dolch in der Hand.) PAMINA (zum Dolch) Du also bist mein Bräutigam? Durch dich vollend' ich meinen Gram. DIE DREI KNABEN (beiseite) Welch dunkle Worte sprach sie da? Die Arme ist dem Wahnsinn nah. PAMINA Geduld, mein Trauter, ich bin dein; Bald werden wir vermählet sein. DIE DREI KNABEN Wahnsinn tobt ihr im Gehirne; Selbstmord steht auf ihrer Stirne. (zu Pamina) Holdes Mädchen, sieh uns an! PAMINA Sterben will ich, weil der Mann, Den ich nimmermehr kann hassen, Sein Traute kann verlassen. (auf den Dolch zeigend) Dies gab meine Mutter mir DIE DREI KNABEN Selbstmord strafet Gott an dir! PAMINA Lieber durch dies Eisen sterben, Als durch Liebesgram verderben! Mutter, durch dich leide ich, Und dein Fluch verfolget mich! DIE DREI KNABEN Mädchen, willst du mit uns gehn? | Escena 7 (Un jardín. Los tres muchachos descienden suspendidos de lo alto.) 21 Final LOS TRES MUCHACHOS Pronto brillará, para anunciar la mañana, el Sol en su órbita dorada. Pronto se disipará la superstición, pronto vencerá el hombre sabio. Oh noble sosiego, desciende, regresa al corazón de los humanos; será la Tierra un reino celestial y los hombres serán como dioses. PRIMER MUCHACHO Pero mirad, la desesperación atormenta a Pamina SEGUNDO, TERCER MUCHACHO ¿Dónde se encuentra? PRIMER MUCHACHO Ha perdido el juicio. LOS TRES MUCHACHOS La atormentan los sufrimientos del amor desdeñado. ¡Vayamos a consolar a esa pobre! ¡Su destino nos toca de cerca! ¡Oh, si su joven estuviese aquí! La muchacha llega, ocultémonos y así podremos ver lo que hace. (Se ponen a un lado. Entra Pamina con un puñal en la mano.) PAMINA (al puñal) ¿De manera que tú eres mi novio? ¡Tú pondrás fin a todas mis penas! LOS TRES MUCHACHOS (para ellos) ¿Qué significan esas oscuras palabras que ha dicho? La pobre está al borde de la locura. PAMINA Paciencia, querido, soy tuya, pronto estaremos desposados LOS TRES MUCHACHOS Su cabeza está tocada por la locura; en su frente aparece el suicidio. (a Pamina) ¡Noble muchacha, míranos! PAMINA Quiero morir porque el hombre al que nunca podré odiar ha abandonado a su amada. (señalando el puñal) Esto me lo dio mi madre. LOS TRES MUCHACHOS Dios te castigara por el suicidio. PAMINA Mejor morir por este hierro que perecer por penas de amor. Madre, sufro por ti y tu maldición me persigue. LOS TRES MUCHACHOS Muchacha, ¿quieres venir con nosotros? |
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Y... nada más que...

A r n a u d F r i c h
Chambre d'une suite,
Intercontinental Paris Le Grand
Paris © 2007
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jueves, mayo 22, 2008
martes, mayo 20, 2008
ouh...
Bonita voz, preciosa canción, bellos sentimientos, el tesoro de la amistad... La sonrisa, el mejor regalo, un bellísimo arcoiris en el rostro.
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sábado, mayo 17, 2008
viernes, mayo 16, 2008
miércoles, mayo 14, 2008
Pensamientos de escritora

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martes, mayo 13, 2008
domingo, mayo 11, 2008
Mis Relatos Semanales
TINTERO VIRTUAL CCCXLI: "Entre fogones"

Armand es un cocinero excéntrico y apasionado. Su genio artístico le ha llevado a la cima de la Restauración, la conjunción de sabores logrados y la presentación de los platos ha revolucionado el mundo de tal forma que es requerido para todo tipo de proyectos y eventos de los cuales apenas ya le interesa alguno.
Le conocí saliendo de los estudios donde acababa de ser entrevistado, una charla breve que ya tenía pactada de antemano. Es un hombre muy atractivo, orgulloso, de aspecto y espíritu libre. Cuando le tuve frente a mi le pregunté por una de sus salsas más famosas y me mostró una sonrisa nostálgica que le llevó claramente a recordar. Le hablé de mi pequeña revista donde intentaba reunir cualquier expresión artística del momento y del apartado especial en que yo gustaba de localizar a las Musas y númenes que habían tras ellos. - ¿Quieres un café?, me respondió y yo acepté encantada.
Y así fue como, para mi sorpresa y sin esperarlo, supe de la existencia de una Musa tras Armand.
Un duermevela lo tenía entretenido una noche en que su lengua soñaba por él con un sabor, lo tenía en la puntita de la lengua y deseaba saborearlo. En un instante en que consiguió dormir el sabor fue extendiéndose cálido y dulce girando hacia tibio y con más fuerza, ya llegaba a la garganta cuando por fin iba a degustarlo y se despertaba una y otra vez. Decidió bajar a la cocina y buscar el sabor que invadía su sueño. Armand comenzaba a fundir una pizca de chocolate sin saber qué buscaba, estaba ensimismado en su lengua, en su sabor, calentó aparte un poco de agua y cuando estuvo tibia deshizo en ella unas pizcas de harina que espolvoreaba como un brujo mágico sin esparcir nada fuera del cuenco, mezcló el agua y la harina con aquella pizca de chocolate, no tenía prisa, mezcló todo aquello y apenas había elaborado una taza de aquél mejunje en el que introdujo un dedo y se lo llevó a la boca, cerró los ojos y escuchó una risa tras él. Silvia le estaba mirando mientras comía moras y fresas, a ella la despertó el hambre. Se acercó despacito a Silvia y fue siguiendo el rastro de un olor peculiar, familiar… El rastro le fue guiando hasta sus labios, Armand sacó la puntita de su lengua y la niña hizo lo mismo. Ambos sonrieron juntando sus lenguas. Acababa de encontrar el sabor de su sueño, una mezcla de chocolate tibio y el giro hacia las moras y las fresas despacio, lentamente, a fuego lento como los besos que saborearon aquella noche, tibios, dulces, cálidos.
Podían citarse en sus habitaciones, en la mejor suite del mejor hotel, pero siempre se encontraban en las cocinas. Al llegar la noche Silvia bajaba y encendía uno de los fuegos grandes, le seguía fascinando cada noche el zumbido de la llamarada, adoraba el calor en su rostro y en su pecho, se tumbaba sobre la mesa larga frente al fuego y esperaba a Armand. En aquella espera Silvia buscaba en la variada despensa comida, frutas, helados, zumos, frutos secos, miel… Él no siempre bajaba, a veces se dormía, otras estaba de viaje y otras veces, siempre en la Luna llena, bajaba a reír con su musa, a crear. Tenía veintiocho años y Silvia diecisiete, ella era virgen y a él le parecía un acto de dioses empaparse de los sabores de una doncella, eran juegos de cachorros. Adoraba a Silvia tal como era y no deseaba cambiarla, se besaban, se daban placer, pero nunca hicieron el amor. Armand había decidido esperar a que aquella juventud fuera dando paso a la mayoría de edad para amarla completamente. Pero... una noche Silvia le dijo a Armand que ya no podía volver con él, se había enamorado de un muchacho y habían hecho el amor. Armand sufrió un ataque instantáneo de dolor, fueron tres estacas a la vez, en el mismo instante, una dio en el estómago a la altura del ombligo, otra en el centro del pecho un poco hacia la izquierda, y la tercera en el cráneo, entre ojo y ojo. La vista de Armand se nubló, tuvo tiempo de sujetarse de la mesa y contener la respiración para que doliera menos, la cocina no resplandecía, los rostros estaban oscuros y fríos. Silvia se fue en silencio.
Después de aquella entrevista agridulce Armand desapareció del mundo de la fama. Solo yo sé que Armand sigue soñando con sabores y cuando llega la noche en luna llena baja a la playa desierta y olvidada, entra lentamente en el mar, dejando que el agua tibia del mediterráneo lo acaricie en cada poro, saca la puntita de su lengua y mezcla el sabor que trae de su sueño con el del mar.

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viernes, mayo 09, 2008
La sencillez
Una de las canciones más breves, sencilla y hermosa que he conocido. Apenas un minuto de Pink Floyd cantando a Vera en su fantástica obra “The Wall”
¿Recuerdas cuando decía
que volveríamos a encontrarnos
en un día soleado?
Vera!
Vera!
¿Qué ha sido de ti?
¿Alguien más aquí se siente como yo?
Y así cantaba la verdadera Vera Lynn aquella canción…
But I'm sure we'll meet again some sunny day
Volveremos a encontrarnos, no sé dónde, ni cuando
Pero estoy segura de que volveremos a encontrarnos cualquier día soleado.
Y mientras tanto el horror en un instante de la historia de la humanidad.
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jueves, mayo 08, 2008
OK
"Y me tambaleaba
mientras reconocía mi carne.
Y era amante de todas las cosas
mientras hablaba con una chica."
Oskar Kokoschka
Versos del poema:
«Die träumenden Knaben»
[Los jóvenes soñadores]

carboncillo y tiza blanca sobre papel marrón
43, 5 x 31 cm.
Leopold Museum, Viena

Estudio para "La novia del viento"
carboncillo, 32 x 45 cm.
Colección particular

lápiz de colores sobre papel
29,8 x 39, 8 cm.
colección particular

lápiz de colores sobre papel hecho a mano
23,3 x 31, 7 cm.
Graphische Sammlung Albertina, Viena

tiza negra y acuarela sobre papel de embalaje
30 x 43, 6 cm
colección particular
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miércoles, mayo 07, 2008
Die zauberflöte - Acto II, escena 6
Mozart
Overtura
Acto I - Escena 1
parte 1ª
parte 2ª
parte 3ª
parte 4ª
Acto I - Escena 2
Acto I - Escena 3
Acto II - Escena 1
Acto II - Escena 2
Acto II - Escena 3
Acto II - Escena 4
Acto II - Escena 5
Acto II - Escena 6
Acto II - Escena 7
Acto II - Escena 8
Acto II - Escena 9
Acto II - Escena 10
Szene 6 PAPAGENO (von außen) Tamino! Tamino! Willst du mich denn gänzlich verlassen? (Er sucht herein.) Wenn ich nur wenigstens wüßte, wo ich wäre bin! (Er kommt an die Tür, durch die Tamino abgeführt worden ist.) EINE STIMME Zurück! PAPAGENO Barmherzige Götter! Wenn ich nur wüßte, wo ich hereinkam! (Er kommt an die Türe, durch die er hereinkam) DIE STIMME Zurück! PAPAGENO Nun kann ich weder vorwärts noch zurück! (Er weint. Der Erste Priester tritt ihm entgegen) ERSTER PRIESTER Mensch! Du hättest verdient, auf immer in finsteren Klüften der Erde zu wandern; die gütigen Götter entlassen dich der Strafe. Dafür aber wirst du das himmlische Vergnügen der Eingeweihten nie fühlen. PAPAGENO Je nun, es gibt ja noch mehr Leute meinesgleichen! Mir wäre jetzt ein gutes Glas Wein das himmlischtste Vergnügen. (Ein großer Becher mit rotem Wein tauch aus dem Boden auf) Juchhe! Da ist er schon! ERSTER PRIESTER Sonst hast du keinen Wunsch in dieser Welt? PAPAGENO Mir wird ganz wunderlich ums Herz! Ich möchte... ich wünschte... Ja, was möcht ich denn? | Escena 6 PAPAGENO (desde fuera) ¡Tamino! ¡Tamino! ¿Es que quieres abandonarme del todo? (entra buscando) ¡Si al menos supiese dónde estoy! (Llega a la puerta por donde se llevan a Tamino.) UNA VOZ ¡Atrás! PAPAGENO ¡Dioses misericordiosos! ¡Si al menos supiese por dónde he entrado! (Se acerca a la puerta por donde entró.) OTRA VOZ ¡Atrás! PAPAGENO ¡Pues ahora no puedo ni avanzar ni retroceder! (Llora. Se le acerca el primer sacerdote.) PRIMER SACERDOTE ¡Hombre! Habrías merecido vagar por siempre en los oscuros antros de la Tierra. Los dioses benignos te condonan la pena. Pero, a cambio, nunca sentirás las alegrías celestiales de los iniciados. PAPAGENO Bueno, hay mucha gente igual que yo. Las alegrías más celestiales serían ahora para mí un buen vaso de vino. (Del suelo surge una gran copa llena de vino tinto.) ¡Hurra! ¡Ya ha llegado! PRIMER SACERDOTE ¿Y no tienes ningún otro deseo en este mundo? PAPAGENO ¡Siento algo muy extraño en el corazón! Quisiera...desearía... Sí, ¿qué es lo que yo quisiera? |
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martes, mayo 06, 2008
domingo, mayo 04, 2008
Madre...

"Al subir a acostarme, mi único consuelo era que mamá habría de venir a darme un beso cuando ya estuviera yo en la cama. Pero duraba tan poco aquella despedida y volvía a marcharse tan pronto, que aquel momento en que la oía subir, cuando se sentía por el pasillo de doble puerta el leve roce de su traje de jardín, era para mi un momento doloroso porque anunciaba ya el instante que vendría después, cuando me dejara solo y volviera a abajo. Y por eso llegué a desear que ese adiós con que yo estaba tan encariñado viniera lo más tarde posible y que se prolongara aquel espacio de tregua que precedía a la llegada de mamá. Muchas veces, cuando ya me había dado un beso e iba a abrir la puerta, para marcharse, quería llamarla, pedirle que me diera otro beso, pero ya sabía que pondría cara de enfado, porque aquella concesión que mamá hacía a mi tristeza y a mi inquietud, subiendo a decirme adiós, molestaba a mi padre, a quién parecían absurdos estos ritos..."
À la recherche du temps perdu
Marcel Proust


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viernes, mayo 02, 2008
El Amor Fálico

Francois Boucher, 1740
El cisne representa el amor fálico, no es de extrañar pues que el propio Zeus adquiriera este disfraz para seducir a Leda, pues una de las tareas que Zeus se impuso para impulsar su poder por todo el mundo fue la de copular con las diosas anteriores a él, con sus hermanas, con mortales y con reinas a fin de perpetuar su linaje divino. Con Leda tuvo dos hijos Helena y Polux. En este cuadro de Dalí - Leda atómica - podemos ver como precisamente Leda-Gala es casi abducida por Zeus-cisne, mientras unas cáscaras de huevo flotan en el paisaje, cáscaras de huevo de donde saldrán de nuevo recicladas nuevas versiones de Afrodita, cosas del cisne.

Salvador Dalí i Domènech
Leda atómica, 1949
Óleo sobre tela, 61 x 46 cm.
Teatre-Museu Dalí, Figueres
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