domingo, noviembre 02, 2008

Renovarse o morir...




Afortunadamente conocemos lugares sin haber estado allí, sabemos de hechos ocurridos cuando todavía no habíamos nacido. De niña me quedó grabada la monstruosa excentricidad que puede caber en el orgullo del hombre, el elginismo, el expolio y sus desmembraciones. Sacramenia existe y es una muestra. Me faltaba poner nombre y apellidos a mis recuerdos...



Alfonso VII, el Emperador, fundó el Monasterio de Sacramenia en el año 1141 con monjes traídos del monasterio francés L’Escale Dieu, constituyendo la quinta fundación cister en España y la primera en Castilla. Su nombre, Muros sagrados, revela la existencia anterior de un edificio religioso, quizá ligado a la legendaria figura del eremita San Juan Pan y Agua, cuya cueva refugio aun se conserva próxima al cenobio.

En nueve años se levantó un modesto monasterio que fue creciendo, la iglesia debió construirse a finales del siglo XII ya con Alfonso VIII. Las bóvedas de crucero y de la nave central se acabaron ya mediado el siglo XV, más tarde la sala capitular, el refectorio, la cocina, la cilla... sustituyeron con piedra la estructura inicial de madera. El claustro comenzado en románico se cerró con bóvedas góticas, y luego se renovó en época renacentista.

Tras el incendio sufrido en 1674 se acometieron nuevas obras que finalizarían en 1775.

Llegaron las leyes desamortizadoras y en 1836 el viejo monasterio era desocupado por su comunidad pasando poco después a manos privadas, especuladores que no veían nada en aquellas venerables piedras...



Claustros, sacristías, salas y demás dependencias se convertían en cuadras y establos. La iglesia segregó la cabecera para el culto y para almacenar aperos de labranza. Falto de cuidados el monasterio fue arruinándose paulatinamente y en el año 1925 Arthur Byne, arquitecto, publicista y agente del magnate William Randolph Hearts se hace con las viejas estructuras monásticas segovianas y se propone trasladarlas a los Estados Unidos, el sueño americano...

Hearts quería el claustro a modo de distribuidor de las habitaciones de huéspedes para el gran palacio que estaba construyendo en la Cuesta Encantada, California. 40.000 dólares fue el precio que pagó por esta pecaminosa excentricidad, se quedó con todo el monasterio excepto la Iglesia y comenzó el desmantelamiento en pequeños lotes para no levantar sospechas... Y así fueron las piedras, una a una y todas ellas... desmembradas, clasificadas y viajeras. En tren hasta Peñafiel, después a Valencia y de allí, en barco, a Nueva York, quizá en alguno de aquellos viajes coincidirían con mi abuelo que también fue atraído hacia el sueño americano.

Increíble, eh...

Una vez llegaron a Nueva York las autoridades sanitarias del Departamento de Agricultura intervinieron el cargamento y lo sometieron a una cuarentena de tres años ante el temor de contagio de fiebre aftosa por la paja, entonces muy extendida en España, y hubo de renovarse el mullido de los embalajes. Se contabilizaron 10.571 cajas conteniendo un total de 35.784 piedras.

Hasta el crack del 29 afectó a Sacramenia e hizo que Hearts se olvidara de sus piedras sagradas y comenzó a vender sus obras de arte, pero nadie parecía tener interés en ellas, y menos con la llegada de la segunda guerra mundial. Cuatro meses después de la muerte de Hearst, el 4 de diciembre de 1951 fue comprado por dos intrépidos promotores inmobiliarios que pagaron por el conjunto 40.000 dólares y otros 7.000 por diversas piezas del convento de San Francisco de Cuéllar y otras de un palacio de Burgos....

Y, de nuevo, a viajar; en barco a la Florida y por carretera hasta Miami.

Por fin el momento de desembalar... ¡oh!, ¡qué desazón!, en el cambio del mullido del embalaje se ha trastocado el contenido y han perdido la referencia de muchas de las piedras....seis meses más para clasificar de nuevo las piedras sobre los planos de Byne y así comprobar el terrible fallo que tuvieron clasificando las piedras con una “O” de Oriente y con una “O” también las de Poniente por ser el oeste... je, tremendo rompecabezas.....



Por fin el 20 de agosto de 1954 se lograba una discreta anastylosis de la mayor parte de las piezas, veintinueve años después de la salida del monasterio de España...



No resultó como complejo turístico-recreativo en Miami y en 1962 la diócesis Episcopal del Sur de Florida adquirió el conjunto y lo convirtió en parroquia y museo, instalando la Iglesia en el antiguo refectorio. Años después residencia de ancianos...

Hoy, la vieja fundación castellana convertida en The Church of Saint Bernard de Clairvaux y regida por entusiastas pastores, goza en tierras americanas de la paz y el respeto que no logró encontrar en su solar de Segovia, constituyendo al mismo tiempo un singular atractivo turístico y un solicitado lugar para bodas de quienes gustan de casarse en la iglesia más antigua de los Estados Unidos.



Una verdadera tragedia para Segovia. Curiosamente, el 3 de junio de 1931 el Gobierno de la República asignaba al monasterio de Sacramenia la condición de Monumento Nacional, cuando hacía seis años que había desaparecido en su mayor parte. Afortunadamente, los restos que permanecen en tierras segovianas han sido cuidadosamente restaurados, tanto por los anteriores como por los actuales propietarios, sobretodo la iglesia que constituye el más monumental templo románico de la provincia.

Si alguna vez vas a Miami recuerda que por allí cerca hay un pedacito de Segovia

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya tienes un voto mas en 20minutos :)

Anónimo dijo...

Hola Visage...
fascinante la historia, como tantas cosas tuyas-incluido tu abuelo, que debe guardar otra historia fascinante que no contastes-como tantos lugares que desaparecen.
Hay una historía en un libro de cuentos que se titula " la cuidad que cambió de sitio" no sé si te hable de ella.

Si no lo hice, lo haré algun día.

Por cierto viene Newton aMadrid, en breve.
No te atreverías a conocerme????

Yo sí,

CowBoy