Aprende a decir...
El "Jefe de Servicio en funciones", así se ha declarado hoy el "colega" mientras nos metía en un despacho que no es suyo, porque él no tiene despacho, con la intención de sancionar a tres de las mejores empleadas que cada día levantan un proyecto que él va tumbando. Nos tenía reservada la aparición estelar del abogado de la empresa, y todo esto ha sucedido mientras el susodicho "en funciones" estaba sentado en la mesa de un despacho ajeno, echado hacia atrás con las piernas cruzadas en posición india o de yoga y los pies en la mesa. Le llamé la atención por la posturita, ya que en el entorno laboral y con un tema tan serio me parecía una burla y una falta de respeto. No sabéis cuanto me arrepiento de no haberme puesto a su altura abriendo mis piernas con mi minifalda tejana y haberle enseñado el coño como hizo en su día Sharon Stone. El "colega en funciones" la tiene pequeña, no hace falta vérsela, es demasiado obvio.
No puedo ni debo relatar lo que en aquellas cuatro paredes ha acontecido en la tarde de hoy, tan solo os diré que no hace falta derramar sangre, de momento, para abanderar la justicia y la dignidad. Algún día será un placer narrar al detalle como tres mujeres, aunque una estuviera callada, son capaces de usar la palabra y la dignidad para desmontar una estructura rancia e inútil que un gilipollas pretende instaurar.
No hemos ganado la batalla porque esta tan solo acaba de comenzar, pero hemos sido testigos del cambio de tono hacia la palidez de unos rostros insípidos e incompetentes. ¿Habéis visto crecer la nariz de un abogado alguna vez?, ¡es genial!, y más genial todavía resulta desmontar unas caretas insípidas y dejar al descubierto la incompetencia, dejarlos desnudos sin argumentos, tintar de tonos rojizos y granates sus rostros verdaderos, ponerles una nariz grande, redonda y a tono con su vergüenza y dejarlos como payasos.